Ramón SOLA

Rabanero, el mastodóntico Miura que deja más cornadas (3) que los 48 toros de 2018

Se acabó lo que se daba y se acabó a lo grande. Los Miura enfrían un tanto el debate sobre este «encierro programado» de antideslizantes y cabestros. En realidad, lo enfría un solo Miura, llamado Rabanero, de pelaje colorado chorrado y 640 kilos de peso. Un mastodonte que tras caer en Mercaderes hizo más de 600 metros en solitario y corneó tanto en Estafeta como en Telefónica.

Un dato contundente: sus tres pitonazos son más que todos los que dejaron los 48 toros que corrieron los encierros de 2018 (dos). Ello hace que el ciclo de 2019 acabe con nueve cornadas, que son justo las que sumaron las dos últimas ediciones y se acercan a las cifras más brutales de este siglo XXI (doce). Un matiz: en algunas estadísticas constará que han sido ocho y no nueve, porque el día 8 un corredor que sufrió un leve puntazo se negó a ser atendido en el hospital, por lo que hay un desfase entre corneados y trasladados.

Pero retomemos el hilo de los Miura. Como siempre, pudo ser aún mucho peor, porque aunque Rabanero se quedó solo no perdió la dirección ni el ritmo y tampoco se enceló con ningún mozo. Las tres cornadas fueron al pasar, como sin querer: una primera en la pierna izquierda a un corredor que saltó desde la pared a su paso, algo más allá de la Bajada de Javier, y otras dos en los brazos a corredores con los que se dio de bruces en Telefónica.

Dos australianos corneados

El capotico funcionó especialmente para el mozo de pelo claro y camiseta azul (del Oviedo para más señas), al que el asta de Rabanero, lanzada como una auténtica lanza, estuvo a punto de alcanzar en el pecho, en ese leve giro de Telefónica en que murió Daniel Jimeno hace ahora diez años. Se salvó –no sé sabe bien cómo– de la cornada en el tórax, pero al mover la cabeza para soltar al humano el toro acabó con alcanzarle en el brazo.

Las imágenes hablan por sí solas. Faltaba poner nombre a los heridos. El corneado en Estafeta es un australiano de 30 años. En cuanto a los dos de Telefónica, un mozo de Alcobendas (Madrid) de 25 y otro australiano de 27.

La procedencia de los hospitalizados este año confirma que el encierro es una actividad global. Junto a vascos, los hay de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Suecia, Australia, Catalunya, Valencia, Baleares, Madrid y Castilla la Mancha.