DE REOJO

Boris

Ya estábamos algo empachados, pero a partir de ahora, vamos a tener a Boris Johnson en raciones tan exuberantes que nos llevarán a elevar el colesterol político, la obesidad desmovilizadora y la inexcusable increpación a los dioses por hacer coincidir en el tiempo, a dos de los imperios más violentos de toda la Historia mandados por un extraño señor tendente al sobrepeso, con pelos rubios casi líquidos y verborrea populista y reaccionaria. Los gemelos univitelinos ideológicamente y con pensamiento único, Boris y Donald, nos van a entretener de manera coercitiva con sus jaurías militaristas e imperialistas, sus verbenas con armamento sofisticado.

Parece irremediable que suframos estas amenazas en nuestra estabilidad emocional. Además, este señor de una formación académica bastante importante tiene ya acumulada una biografía con una buena retahíla de acciones extravagantes, por llamarlas de una manera utilitaria. Ha ganado unas elecciones internas en su partido, será primer ministro del gobierno de su Majestad la Reina, pero gestionar el Brexit, es una de esas labores que entran en el misterio de las decisiones políticas refrendadas por mayorías que acaban provocando pánico hasta en los que lo decidieron con su voto. Paradojas de la política europea, internacional, de las tensiones que provoca una alteración de lo que había estado en marcha hasta ahora. ¿Se quieren ir o no se quieren ir? ¿Quién se atreve a contestar sin entrarle la risa, la duda o el síndrome de encuestador a domicilio?

Con esta tendencia de seres estrafalarios, vestuario de boda y pelos alborotados, que aparezca Sánchez, investido presidente con apoyos de las izquierdas parlamentarias parece hasta una anomalía, de entrada estética, aunque tiene a Macron con el que competir internacionalmente en estilo grandes almacenes.