Raimundo Fitero
DE REOJO

El mundo

Este mundo no da señales de ninguna cordura. Perro mundo, loco mundo. Demasiadas urgencias para que todo se mantenga igual. O peor. Veo los preparativos del G7 y entro en estado de patología política irreversible. ¿Dónde va a aterrizar el Air Force One de Trump? ¿Cuántos agentes, espías, policías, militares, asesores y cantamañanas están colonizando cincuenta kilómetros a la redonda de Biarritz? ¿Subirá más el consumo de güisqui, vodka o licor de soja? Seguro que se colapsarán las comunicaciones telefónicas. Blindarán la muga, se utilizará toda la violencia a su alcance contra los que vayan a manifestarse denunciando a ese club del terror universal. Es parte de este mundo loco, desbordado, en tensión permanente.

En este mundo donde a un barco de rescate se le dice desde un gobierno en funciones español que «no tenía permiso para rescatar a nadie en alta mar», cuando es un deber rescatar a los náufragos, y que le van a poner una multa exagerada, mientras en Italia la Fiscalía manda desembarcar a los refugiados y retiene al barco, es algo que escapa al sentido común. ¿Todos son de Vox? Se descubre que el asunto de la listeriosis se sabía de su existencia casi una semana antes de declararse la alerta. Una muestra de la negligencia de un gobierno trifachito andaluz preocupado por procesiones y privatizaciones y no por la salud de la ciudadanía. Estos fachas son de este mundo. Y este mundo no parece tener arreglo.

Mantenemos la acusación sobre el fútbol como la máxima expresión de la alienación, de señalarlo como el opio del pueblo, pero me atrevería a apuntar que eso hoy, ahora, se ha traslado, también, al simulacro de políticas partidarias que sufrimos. Las falsas negociaciones del trifachito es una muestra. El sainete a lo Pimpinela de Sánchez e Iglesias es un ejercicio demoledor. Este mundo va mal.