La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, se mostró ayer «contrariada y sorprendida» por la cancelación de la visita a Dinamarca del presidente de EEUU, Donald Trump, tras la negativa a abordar la venta de Groenlandia, pero dijo que no afectará a la relación entre ambos países y mantuvo su invitación, al tiempo que resaltó la necesidad de reforzar la coopera- ción, sobre todo en el Ártico.

Trump había anunciado en Twitter que posponía de forma indefinida la visita, prevista para el 2 y 3 de setiembre, por el rechazo mostrado por Copenhague días atrás a discutir la compra del territorio autónomo de Groenlandia, que él considera «estratégicamente interesante».

En una visita a Groenlandia el domingo, Frederiksen aseguró que la isla no está en venta y tildó la discusión de absurda.

Trump, que primero agradeció la «franqueza» de la primera ministra danesa que ha permitido «ahorrar una gran cantidad de gastos y esfuerzos tanto a EEUU como a Dinamarca», estimó que Frederiksen fue «desagradable» en su respuesta al tachar de «absurdo» el interés de la Casa Blanca por Groenlandia.

«Ha habido una discusión sobre una potencial venta de Groenlandia. Esa posibilidad ha sido rechazada por el presidente groenlandés, Kim Kielsen. Y yo apoyo ese rechazo», señaló Frederiksen ayer.

La ambición de Trump no cayó bien en el Gobierno de Groenlandia. «#Groenlandia es rico en recursos valiosos como minerales, el agua y el hielo más puros, reservas de pescado, mariscos, energía renovable y es una nueva frontera para el turismo de aventura», tuiteó el viernes el Ministerio de Exteriores. «Estamos abiertos a los negocios, no en venta», añadió.

Es la segunda vez que Trump cita en Twitter la compra de esta gigantesca isla ártica rica en recursos naturales como petróleo, gas, oro, diamantes, uranio, zinc y plomo. EEUU ya intentó, en vano, poner sus manos en ella en 1867 y en 1946. Ahora tiene una base aérea en Thule.