Victor ESQUIROL
VERSIÓN ORIGINAL (Y DIGITAL)

Zinemaldia a la vista

Una vez más, las columnas de Versión Original (y Digital) se ven muy alegremente condicionadas por los designios del calendario. A mediados de setiembre, ya lo sabemos, la tradición nos dice que toda nuestra atención y energías tienen que estar dirigidas hacia Zinemaldia. Hacia la gran fiesta del cine que convertirá a Donostia, por 67ª vez, en uno de los epicentros mundiales de este loco y, a pesar de todo, fascinante arte. Apenas quedan un puñado de días para que todo vuelva a empezar, y evidentemente, antes deben hacerse deberes.

En materia de preparación festivalera, ya lo sabemos, también, no hay ninguna plataforma de Video On Demand que pueda compararse a Filmin, esa bendición cinéfila cuyo catálogo parece estar en –sanísima– simbiosis con el ecosistema autoral gestado en los grandes certámenes del sector. Así pues, estamos en el momento ideal para recuperar los trabajos previos de algunas de las directoras a priori destinadas a dejar huella en la carrera por esta nueva Concha de Oro. Una de ellas, sin lugar a dudas, es Belén Funes, joven cineasta barcelonesa que ya ha conquistado la gesta de plantarse con su primer largometraje (“La hija de un ladrón”) en el principal escaparate de uno de los mejores festivales del mundo.

Con esto en mente, me gustaría, ni que sea por una vez, ir en contra de la lógica impuesta por los formatos, y extenderme con una película que, irónicamente, tiene en la brevedad de metraje una de sus principales virtudes. Me refiero al corto titulado “Sara a la fuga”, disponible en Filmin, como decía... y que además (a esto iba) sirve como antesala a la cinta antes mencionada, que podremos descubrir en Zinemaldia.

Se trata de apenas veinte minutos de puro nervio que, esto sí, en ningún momento hace el menor amago de descarriar. Como carta de presentación, el cortometraje se las ingenia para insinuar el discreto (y aun así impresionante) talento de quien se esconde detrás de la cámara. La historia nos habla de una adolescente llamada Sara que está recluida en un centro de acogida para menores, y que espera impacientemente la llegada de su padre, la cual parece inminente.

Todo esto se intuye, o se dibuja, a través de trazos mínimos: en un breve diálogo, en un movimiento de cámara, en una mirada de Dunia Mourad, la actriz principal... Funes da una lección de sutileza en la escritura y en el manejo de un lenguaje cinematográfico que en sus manos se sitúa muy lejos de la tentación del subrayado. Hay en todo momento, una sensación de misterio que más que frustrar, o de emborronar la comprensión de aquello que se está viendo, aumentan el interés hacia un objeto de estudio fascinante en su naturaleza inconcreta. “Sara a la fuga” es, al fin y al cabo, una excelente pieza en la gestión de todos los elementos que están dentro y fuera de campo. Belén Funes sabe perfectamente lo que vemos, lo que no, y lo que solo podemos intuir. Y así nos va atrapando en una historia cuya resolución, a lo mejor, solo tendremos en “La hija de un ladrón”. Zinemaldia a la vista: ya falta menos.