«Esta declaración es algo bueno y esperado», explicó ayer a GARA Jesús Arrizubieta. Ser una «zona catastrófica» permite que las ayudas para la reconstrucción pasen de estar subvencionadas hasta el 50% como máximo a pasar a la franja del 50% y hasta el 100%. «En otras ocasiones se ha sufragado la totalidad, veremos qué ocurre en esta ocasión», continuó.

Arrizubieta agradeció la llamada del delegado José Luis Arasti para informarle de que mañana saldrá el decreto en el que se fijarán las subvenciones, así como quiénes podrán acogerse a estas. «Nosotros lo que queremos es que las ayudas no vayan únicamente dirigidas al Ayuntamiento, sino que los vecinos y los comerciantes que se han visto afectados puedan recibirlas también y así levanten un poco la cabeza, que puedan mirar para adelante», aseveró.

Y reconoció que en el pueblo «hay miedo» sobre cuánto dinero llegará finalmente. Han gastado ya 300.000 euros y eso, para una localidad de 10.000 habitantes, supone comprometer las arcas locales. «Estamos a las puertas de unos presupuestos y necesitamos saber cuanto antes cuánto dinero vamos a poder recuperar», añadió.

«Ya estamos recibiendo facturas y, como administración, tenemos que pagar en 30 días. Si tardan seis meses, pues acabaremos teniendo serios problemas de tesorería». En total, el balance de daños que dejó la riada en el conjunto de catorce localidades declaradas zona catastrófica, siendo Tafalla y Erriberri las más pobladas, asciende a 17 millones de euros.

Arrizubieta también agradeció la ayuda que han enviado otros municipios para que la Ciudad del Zidakos pueda recuperarse de los estragos. «Nos han ayudado ayuntamientos de Nafarroa, de Araba, Gipuzkoa, Bizkaia y de Iparralde», detalló, y se comprometió a publicar un «mapa de la solidaridad» donde se refleje ese esfuerzo.