Ainara LERTXUNDI
DONOSTIA
Elkarrizketa
ROMINA PAULA
DIRECTORA DE «DE NUEVO OTRA VEZ»

«El error es pensar que hay un modo correcto de ser madre»

«De nuevo otra vez» es el primer largometraje de la argentina Romina Paula como directora. En él trabaja junto a su madre y su hijo, además de encarnar a su protagonista, Romina, mujer, madre y compañera que atraviesa un momento de crisis.

Escritora, dramaturga, actriz, directora de teatro, la argentina Romina Paula se ha estrenado detrás de las cámaras con “De nuevo otra vez», en la que también da vida a la protagonista principal y cinta en la que trabaja junto a su madre y su hijo pequeño. La cinta, que compite en la sección de Horizontes Latinos, es el relato de una mujer y madre que, a sus 40 años, se plantea el sentido de la maternidad, se pregunta quién y cómo es la Romina madre, mujer y compañera, y hacia dónde quiere ir. En medio de una crisis personal –que lleva aparejada también una crisis de pareja– regresa al hogar materno, junto a su madre y su hijo, interpretados por su madre y su hijo en la vida real. Los diálogos cobran especial relevancia y también los monólogos. Una película con múltiples lecturas y ángulos.

¿Cómo vive Romina la maternidad y los cambios emocionales que genera? Siempre resuena la frase de que tener hijos te cambia la vida.

Sí, es una frase que siempre te la dicen pero, en realidad, no te sirve de nada hasta que eres madre y cuando lo eres, tampoco te sirve de nada. Tampoco creo que a todas nos suceda lo mismo y de la misma manera. Cada una tendrá su propia percepción de cómo le cambió la vida para mejor o para peor, con mayor o menor intensidad. Creo que el error, al menos yo lo sentí así, es pensar que hay un modo correcto de ser o de sentirse madre; el parto, natural o no; la lactancia, si lo amamantas o no; si estás mucho o poco. ¿Cuál de todas esas es la buena madre y cuál no? Estoy leyendo “La teoría de King Kong” de Virginie Despentes, en la que ve como algo peligroso la idea de que la madre es la que mejor que sabe lo que el niño necesita. Ella lo interpreta como una reproducción del Estado, un Estado paternalista que sabe mejor que yo lo que necesito. ¿Por qué yo tengo que saber qué es lo mejor? No lo sé.

Ese es uno de los diálogos que se plantean entre Romina y su madre sobre si es conveniente o no que el niño vaya a la escuela para socializarse con otros niños y otras personas.

Lo de “lo mejor” es una idea medio fascista. ¿Qué es lo mejor? No sé lo que significa eso. ¿Que sea feliz, alegre, saludable? Hay muchas variables. Te pasas toda la vida intentando descubrirlo, entonces no entiendo por qué por el hecho de ser madre se supone que tienes que saberlo todo, cuando en realidad vas improvisando. Con suerte, lo guías por un lugar que le interesa

¿Cómo ve ese movimiento que incide en la teoría del apego, en una lactancia prolongada, en una alimentación ecológica...?

Me parece una idea bastante burguesa la idea de la madre con el niño a tiempo completo, del apego, de darle el pecho hasta los cinco años etc. Todo eso que parece una liberación, es todo lo contrario. Parece que la madre tiene que exprimir su cuerpo para que el niño crezca y eso es muy demandante para la madre, que deja de ser mujer. Y también hay mucho control. En este nuevo paradigma si bien es cierto que al hombre se le demanda que se haga más cargo de la casa, el niño sigue siendo de la madre. ¿Por qué voy a asumir que le voy a caer bien a mi hijo por el hecho de ser su madre? Quizás no le caiga bien, quizás le resulta más interesante lo que piensa su abuela, su padre o mi mejor amiga y yo le parezco un plomo y no se identifica con mis valores.

¿Qué poso le deja Romina?

La Romina de la película no puede resolver mucho, pero gracias a ello, yo estoy aquí. Trabajar es muy importante no solo por el sustento sino por mi salud mental. Es ideal hacer cosas que me representen y poder vivir de ellas. No puedo pedir más.