Beñat ZALDUA
ELECCIONES ESTATALES

LA DIRECCIÓN DEL VOTO ÚTIL Y OTRAS INCÓGNITAS DEL 10N

Aunque la repetición electoral favorece, a priori, a los partidos estatales, territorios como Nafarroa, Araba y Bizkaia ofrecen una pugna por el voto útil abierta a los partidos vascos. La pelea por ese voto y la batalla contra la desmovilización electoral serán claves.

Las repeticiones electorales no son terreno cómodo para los partidos vascos. Los votantes perezosos o más escépticos tienden a quedarse en casa, mientras el llamado «voto útil» acostumbra a decantarse hacia los partidos estatales. La repetición electoral del 26J es un ejemplo.

En la CAV, el PNV perdió 15.000 votos entre las elecciones del 20 de diciembre de 2015 y la repetición del 26 de junio de 2016. EH Bildu se dejó 30.000 papeletas. En Nafarroa, por contra, fue Geroa Bai quien en mayor medida sufrió la repetición electoral; perdió nada más y nada menos que 16.000 votos –más de la mitad de los que tenía–, frente a la sangría mucho menor de EH Bildu, que se dejó unos 3.000. En toda Hego Euskal Herria crecieron Podemos, PSOE y PP.

Pero el voto útil no solo se define en función del marco, vasco o español, que se imponga. Tiene mucho que ver con las expectativas, las posibilidades y las ventanas de oportunidad que se abren en cada territorio.

Ya casi lo hemos olvidado, pero uno de los principales vectores de las elecciones de 2016 fue la posibilidad de un sorpasso de Podemos al PSOE. No ocurrió, pero muchos vascos y vascas votaron con esa esperanza, y por esa razón, en el anterior ciclo electoral.

Las ventanas de oportunidad son otras ahora. Para EH Bildu, Nafarroa y Araba son retos que permiten articular, contra la inercia desmovilizadora, campañas concretas adecuadas a cada territorio. Para el PNV, el cuarto diputado por Bizkaia –sobre todo si se presenta la candidatura de Errejón– es un caramelo. No está fácil lograrlo, pero el 10N tienen mucho que ganar aquellos que consigan presentar a la sociedad la cita con las urnas como una nueva oportunidad. Estas elecciones serán una combinación de lucha contra la desmovilización electoral y pugna por el estandarte del voto útil.

¿Qué hará el votante de Geroa Bai?

La pregunta original era otra: ¿Qué hara Geroa Bai? Pese a ser conscientes de las nulas posibilidades de lograr representación, uno de los grandes argumentos de la formación para presentarse el 28A –después de que fracasara la propuesta de Uxue Barkos para formar una candidatura conjunta de las fuerzas del cambio– fue la proximidad de las elecciones al Parlamento de Nafarroa, en las que Barkos aspiraba a repetir como lehendakari. Quedaba muy feo eludir una cita con las urnas. En esos comicios, Geroa Bai logró 22.309 votos. No son ni la mitad de los logrados por EH Bildu con Bel Pozueta al frente.

Ante esta evidencia y sin citas electorales a la vista, incluso dentro de las propias filas de Geroa Bai existían partidarios de no acudir a la repetición electoral, ahorrarse un dudoso resultado y facilitar, en cierta medida, que un partido “vasquista” obtuviese representación, pues toca recordar que Pozueta se quedó a solo 408 votos de lograrlo el 28A. Sin embargo, según ha podido saber este diario, ha primado el deseo del PNV de presentarse. De hecho, habrían propuesto encabezar la lista a la propia Barkos, que declinó de plano la sospechosa oferta.

Sea como sea, la candidatura de Geroa Bai es un hecho, otra cosa es qué consideren sus votantes –más allá de los incondicionales– que supone un voto útil, al que sin duda apelarán con fuerza PSN y Podemos. He ahí el reto de Pozueta, que volverá a encabezar la lista de EH Bildu tras los notables resultados del 28A. Recuerden: 408 votos.

¿Más país, menos izquierda? Las cuentas de Errejón en Bizkaia

A esta hora se mantiene la incógnita sobre la candidatura de Más País, la plataforma impulsada por Iñigo Errejón, en Bizkaia. Las bases de Equo-Berdeak pidieron a la dirección del partido el viernes no acudir con la nueva marca en el herrialde, pues están cómodos con Elkarrekin Podemos. Errejón tiene difícil hasta conseguir candidatos, pero aunque lograr representación se antoje prácticamente imposible –con los números del 28A, necesitaría 60.000 votos–, puede primar la necesidad de lograr el 5% de los votos en todo el Estado para poder formar después grupo propio en el Congreso.

Más allá de los equilibrios y los nombres que puedan acabar acompañando a la candidatura, toca por lo tanto observar las ventanas que abre, pues su irrupción sacudiría sin duda alguna la relativa estabilidad electoral del herrialde. Sobre todo en el caso de Podemos, que en abril se llevó el último diputado en liza por 7.100 votos de diferencia respecto al PNV. No es para nada descabellado pensar que la candidatura de Errejón pueda arañarle un saco de votos semejante. La posibilidad de conseguir un cuarto escaño en Bizkaia, como ocurría en los tiempos de Ibarretxe, es real para los jeltzales, que si algo saben hacer es diseñar una campaña segmentada que se adapte a cada objetivo.

Rivera no deja sumar a los españoles

Vascos Suman era el artefacto no-nato con el que PP y parte de Ciudadanos, según explicó Alfonso Alonso, esperaban superar la fragmentación de voto que les condenó a quedarse sin escaño el 28A. Rivera abortó la operación, según se ha explicado, pero el titular ya consta en el haber del PP vasco, que aspira a concentrar el voto útil de la derecha española, aquel que sabe que la papeleta a Ciudadanos y a Vox va directamente a la papelera. Uno es mucho más simpático cuando busca la unidad de un espacio político que cuando la rompe. Punto para Alonso.

El hecho de que concurran por separado, sin embargo, sigue dejando las puertas abiertas. En Bizkaia no tienen nada fácil recuperar el escaño perdido. Quedaron a 11.000 votos del último diputado de Podemos, una distancia que podrían salvar si concentran los votos de la derecha española y Podemos baja bastante; pero no hay que olvidar que, como acabamos de repasar, en la ecuación entra también el PNV. Y ya sabemos que, en Bizkaia, las elecciones son un deporte en el que acostumbran a ganar los jeltzales.

Donde parecería más factible para los de Alonso recuperar el escaño perdido es en Araba. Hay que recordar que Maroto se vio obligado a emigrar a Segovia por 362 votos, en unas elecciones en las que Ciudadanos y Vox lograron más de 12.000 papeletas. A priori, al sucesor de Maroto –plaza vacante, de momento– le bastaría con reparar la fuga de su flanco derecho para recuperar la representación por Araba.

Al mismo tiempo, es esta posibilidad la que permite de nuevo a EH Bildu presentar a Iñaki Ruiz de Pinedo como el voto útil contra la derecha y, más concretamente, contra un PP que dominaba la escena política alavesa hasta hace bien poco. Sin olvidar que la de este herrialde no será –solo– una lucha a dos. El 28A Podemos obtuvo el penúltimo escaño logrando 6.700 votos más que EH Bildu. No son pocos en una circunscripción pequeña como la de Araba, pero vista la tendencia a la baja del partido morado, no está de más incluirlos en la ecuación del 10N.