Asier AIESTARAN
BALONCESTO

Como agua entre los dedos

El Baskonia dejó escapar ante Unicaja un partido que tenía más que encarrilado con el 49-36 del descanso.Un pésimo tercer cuarto y los nervios finales permitieron a los malagueños estrenar su casillero.

KIROLBET BASKONIA 77

UNICAJA 78

 

El Kirolbet Baskonia encajó una inesperada derrota ante Unicaja, que llegaba a Zurbano sin victorias en la Liga ACB. El 49-36 del descanso hacía presagiar un triunfo plácido, pero el nefasto tercer cuarto local y la calidad de Josh Adams en las filas visitantes (23 puntos) dejan a los gasteiztarras con una sola victoria en tres jornadas.

En los prolegómenos del partido, los jugadores del Baskonia saltaron a la cancha con una pancarta en apoyo de Jayson Granger, lesionado en el Tendón de Aquiles, y se emitió un vídeo en el marcador para dar ánimos al base uruguayo, que no pudo aguantar las lágrimas sentado en el banquillo de los no disponibles que tan bien conoce.

Decididos a dedicarle un triunfo al charrúa, los baskonistas entraron muy enchufados al partido. Sobre todo un Garino que, muy superior en su emparejamiento con Jaime Fernández, anotó los cinco primeros puntos de los gasteiztarras. Shields, que también superaba físicamente a Adams, no tardó en cogerle el testigo con otras dos canastas para poner un rápido 9-3 en el marcador.

Con Thompson intentando trabajar la pintura sin mucho éxito para Unicaja, el partido se convirtió en un intercambio de canastas que mantuvo las rentas locales en torno a los ocho puntos. Shengelia, Garino y hasta el propio Diop se mostraron acertados en el triple, mientras que Josh Adams respondía cada acierto local con la misma medicina. Así, el primer cuarto terminó 29-20 con Garino llegando a los diez puntos y un gran acierto general en el triple: 4 de 8 para el Baskonia (50%) y 3 de 8 para Unicaja.

El ritmo anotador se paró en seco en los primeros minutos del segundo cuarto, aunque la segunda unidad del Baskonia se mostró eficaz a la hora de mantener la inercia del equipo. Fall alternó errores en ataque –pasos claros, tiros libres errados…– con acciones de mérito en defensa, mientras que Michael Eric aportó una mayor fortaleza tanto en defensa –con un gran tapón– como en ataque –con un mate espectacular–.

Pero la revolución total llegó de la mano de Matt Janning y tres triples seguidos. O mejor dicho, dos triples y una canasta de dos, ya que los árbitros así lo determinaron después de consultar el video. En cualquier caso, la diferencia se disparó y al descanso se llegó con un 49-36 que dejaba las cosas muy bien para los gasteiztarras. Un dato: diez jugadores baskonistas habían anotado para entonces y solo faltaba Pierria Henry, que también jugó buenos minutos.

Quién te ha visto y quién te ve

Pero toda esa ventaja se fue por el sumidero en un tercer cuarto para olvidar. O para analizar. Porque Unicaja firmó un parcial de 11-23 pasando por encima de un Baskonia desaparecido en combate. Y los protagonistas andaluces no fueron precisamente los Adams, Thompson y compañía, sino que dos viejos conocidos como Alberto Díaz y Carlos Suárez aparecieron en escena para llevar por el camino de la amargura a la incrédula parroquia baskonista.

Con una gran defensa sobre Shengelia, que había estado todo el segundo cuarto en el banco, y a golpe de triple, los malagueños equilibraron el marcador para llegar al final del tercer cuarto 60-59. Parecía que las broncas de Perasovic en el receso habían causado efecto, porque de la mano de Vildoza –un 2+1, una canasta y una asistencia a Henry– el Baskonia se colocó 69-61, recuperando las constantes vitales.

Una renta que, lejos de aumentar, volvió a menguar poco a poco. Un Baskonia atascado, con Fall y Eric acumulando pérdidas –hasta 7 en el caso del primero–, se topó con la inspiración de Josh Adams, que redondeó su gran actuación con un triplazo que ponía el 75-76 a falta de 12 segundos.

Dos tiros libres de Shengelia daban la vuelta a la tortilla a falta de siete segundos (77-76), pero la puntilla llegó con una falta rigurosa señalada en el último segundo a Pierria Henry. Pese a las protestas de Perasovic, Jaime Fernández, que no había anotado en todo el partido, no desaprovechó la oportunidad para firmar el doloroso 77-76 final.

Un pequeño palo para las huestes baskonistas, que metidos en la vorágine de la Euroliga, deben intentar no dejarse demasiados partidos como el de ayer en la gatera, y menos jugando en casa. A analizar, mejorar y pensar en el Khimki, rival del viernes a las 19.00.