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Erdogan rechaza el alto el fuego y ve favorable el avance de Damasco

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, insiste en rechazar el alto el fuego en el norte de Siria que le plantearán hoy el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo. A la vez, no ve desfavorable el avance del Ejército sirio a costa de los kurdos.

«Nos dicen que declaremos un alto el fuego. Nunca podremos declarar una tregua» mientras Turquía no haya expulsado a «la organización terrorista» de la frontera, declaró el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, refiriéndose a las milicias kurdas y advirtiendo de que no piensa ceder a las presiones para que frene su ofensiva.

El mandatario turco recibe hoy al vicepresidente de EEUU, Mike Pence, y a su secretario de Estado, Mike Pompeo, que supuestamente le pedirán que negocie un alto el fuego con los kurdos, pese a que fue Washington quien, con su retirada de tropas, los abandonó y abrió la puerta a la ofensiva de Ankara.

Erdogan afirmó, además, que no consigue seguir los cambios de opinión de su homologo estadounidense, Donald Trump, sobre la ofensiva turca.

Ayer mismo, después de autorizar sanciones contra Ankara, Trump indicó que «si Turquía entra en Siria no es nuestro problema», y añadió que «los kurdos no son ángeles» para justificar su traición. Poco después, regalaba los oídos de Erdogan al afirmar que «el PKK es probablemente una mayor amenaza terrorista que el ISIS», alineándose con la justificación de Turquía para su invasión.

Las presiones pesan también en las contradicciones de Erdogan, quien, después de haber rehusado reunirse con Pence y Pompeo, ayer accedió al encuentro y atribuyó su negativa a un malentendido.

En este juego de presiones, Rusia, que ha llenado el vacío dejado por la retirada de las fuerzas estadounidenses, ejerce de árbitro. Su policía militar patrulla en la línea del frente y, de momento, Moscú deja hacer a Ankara, si bien menciona límites de cinco kilómetros en su invasión de territorio sirio.

Erdogan, que visitará al presidente ruso, Vladimir Putin, el martes, tampoco ve con malos ojos el avance de Damasco apoyado por Moscú. Ayer aseguró que «el régimen entre en Manbij no es tan desfavorable para mí. Al fin y al cabo, es su propio territorio. Lo que es importante para mí es que la organización terrorista no debe estar allí. Si se marchan (las YPG) y ellos (el Ejército sirio) entran, no tenemos nada que decir».

El Ejército sirio entra en Kobane y Raqqa

Gracias al acuerdo al que se han visto abocadas las fuerzas kurdas, abandonadas por EEUU e ignoradas por Rusia, el Ejército sirio ha vuelto a regiones cuyo control había perdido hace años. Tras su entrada en Manbij, ayer lo hicieron en Raqqa, la que fuera capital del califato del ISIS hasta que las FSD expulsaron a los yihadistas. Damasco, que no la controlaba hacía cinco años, se hizo también con bases abandonadas por EEUU. Entró también en la emblemática Kobane, símbolo de la resistencia kurda frente al ISIS. Entretanto, los combates siguen causando estragos en la ciudad fronteriza de Serekaniye, intensamente bombardeada, donde los combatientes kurdos intentaban repeler el asalto de las tropas de Ankara. Son continuas las explosiones de obuses y las columnas de humo y polvo que se levantan a cada momento del centro de la ciudad y fuentes kurdas denunciaron el uso de proyectiles de fósforo prohibidos. En siete días han muerto 71 civiles, 158 combatientes de las FDS, 128 milicianos proturcos, y seis soldados turcos, según el OSDH.GARA