En una comparecencia en Moncloa tras haber mantenido reuniones con los líderes de PP, Ciudadanos y Unidas Podemos, el presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, señaló al jefe del Ejecutivo catalán, Quim Torra, que tiene el «deber moral y político» de «condenar» la violencia, en referencia a los incidentes que se han registrado en las movilizaciones tras la sentencia del Tribunal Supremo contra el 1-O.

«Ningún gobernante puede camuflar su fracaso con cortinas de humo y fuego», dijo Sánchez, en una apelación que hizo extensiva al resto del Govern.

Sánchez destacó que contempla «todos los escenarios» para afrontar la situación que se vive en Catalunya, aunque por el momento evitó referirse a la aplicación de medidas como el artículo 155 y la Ley de Seguridad Nacional, algo que le habían pedido desde PP y Ciudadanos. Unidas Podemos, por boca de Pablo Iglesias, le hizo un llamamiento al diálogo.

«El Gobierno de España responderá con tres reglas: firmeza democrática, unidad de los partidos y proporcionalidad en la respuesta», subrayó.

En ese sentido, Sánchez aseguró que no va a «sobreactuar» y afirmó que «la moderación es una forma de fortaleza».