TXUS PÉREZ ARTUCH
Iruñea
GUTUNAK

Trabajar menos para vivir más

Creo que como sociedad tenemos la certeza de avanzar, incluso evolucionar, dentro de una cegada o asumida incoherencia. Me explico.

De unos años a esta parte me inquieta la cantidad de casos, en un entorno cercano-conocido, de personas que a puertas de la jubilación o recién estrenada esta, sufren algún tipo de enfermedad irreversible o una muerte repentina. Y una frase similar resuena en los velatorios: «Ahora que se había jubilado…» o «toda la vida trabajando y justo cuando se iba a jubilar…».

La generación que ahora asoma al merecido retiro o empieza a disfrutar de él, fue enseñada y dirigida a través del deber y tener que, desde la «promesa» que a más esfuerzo y trabajo, mayor sería la recompensa, la felicidad o incluso el ser una buena persona. Trabajar cuanto más mejor significaba algo parecido a una buena vida. Después, muchas veces viendo la consecuencia me pregunto: ¿para qué?

Por otra parte, desde la medicina se lucha y se avanza para poder alargar cada vez más la vida de las personas (no se sabe en qué condiciones) y también para poder poner freno a enfermedades genéticas o que se antojan pandémicas a medio plazo.

En esta dicotomía, los gobiernos de guante blanco juegan un papel decisivo como valedores de las premisas del sistema, en nuestro caso, capitalista en el que vivimos. Basándome en la realidad actual, en diversos ámbitos laborales los contratos realizados, los salarios, las jornadas y las condiciones laborales son realmente asfixiantes e indignos. Todo esto nos amarra en la rueda de continuar en la obligación de trabajar mucho y, según en qué sectores, mal, para poder seguir pagando luz, agua, pañales e hipoteca o alquiler, al mismo tiempo que nos contentamos con la cena en restaurante una vez al mes o las dos semanas en la playa en un atosigante agosto mediterráneo.

El sistema tiene sus cifras hechas y controla que un porcentaje de la población moriremos trabajando o recién estrenado el descanso. Para mantener nuestra productividad y rendimiento nos facilitan drogas legalizadas para dormir o calmar la ansiedad cuando aparece. Mañana más. Y en los noticiarios insisten en que cada vez seremos más longevos, a pesar de que vayamos a ser la generación más envejecida y en soledad de la historia.

Trabajar menos para vivir un poco más. Carpe diem y mucha, pero mucha, ¡salud!