Empieza lo que está terminando. La campaña electoral más sucia tiene fotos, mensajes, mentiras y alguna cinta de vídeo. Las encuestas son cebos. Los mítines gastos superfluos. Los debates televisivos un ritual obsoleto. ¿Alguien conoce a alguien que haya cambiado su voto por algún detalle luminoso, impresión sobrevenida en la campaña electoral? Yo tampoco. Insisten los sabios de la demoscopia que existen. Es una manera de asegurarse su futuro incierto. Así justifican que no acierten y que sirvan a quien les paga. Son encuestas manufacturadas, aliñadas, cocinadas, pasadas de cocción y que se utilizan para causar miedo o levantar a la ciudadanía más refractaria a salir de casa a votar. 

Dudas razonables: la manifestación murciana para salvar el Mar Menor, ¿es campaña electoral y a favor de quién o contra quién? Son décadas oprobiosas de construcciones turísticas desaforadas, de no seguir ninguna norma precautoria la que han llevado a esa muerte de la laguna. ¿Quiénes tienen sus casas, sus apartamentos en la zona no tienen ninguna responsabilidad? La tienen más las autoridades, pero a veces somos cómplices por omisión de muchos desmanes. Tanto en lo medioambiental, como en lo económico. Miren dónde están sus planes de jubilación y dónde invierten esas cajas o bancos o aseguradoras. Es un decir.

Una advertencia importante: China ha decidido convertir algunas zonas de África en la nueva China, es decir, el lugar dónde manufacturar todo lo que sea posible y que están haciendo ahora los chinos. Y se sabe que China ya tiene las materias primas, los recursos naturales, solamente debe crear infraestructuras, complejos industriales porque va a tener obreros con salarios irrisorios y sin regulación sindical. De paso resolverá algunos problemas globales de emigración. Colonización industrial.