No estaba en el ejercicio de la política y decidió concurrir al Congreso, precisamente en la legislatura más breve.

Ha sido muy breve, pero también intensa. No es que haya habido mucha actividad parlamentaria, pero nos ha servido para forjar lazos de unión entre los independentistas, entre los soberanistas catalanes y vascos. Y de hecho los resultados se han ido viendo. Por tanto, creo que estamos mejor ahora de lo que estábamos en abril.

¿Cómo ve el ambiente en el Congreso español?

En principio es zona hostil. La gente de Vox, Ciudadanos y PP hacen que el ambiente sea un poco hostil y lo manifiestan hacia nosotros. Hay que estar en todos los sitios y ahí tenemos que estar, hay que sobreponerse a lo que hay delante. Nosotros nos lo tomamos con bastante humor, pero es verdad que también con cierto orgullo. Personalmente, tengo la seguridad y tranquilidad de poder decir a los que nos criticaban que hemos conseguido que estos tres no tengan ni un solo representante de la CAV en ese Congreso.

Por tanto, para usted el debate de presentarse a Madrid está superado.

Sí, es verdad que en Euskal Herria ha sido un debate permanente. Creo que hay que estar en todos los sitios donde podamos influir. Ahora, además, es más necesario que nunca, porque ante los aires de involución que se vislumbran se necesita el empuje del soberanismo y se necesita que digamos que estamos aquí para defender lo nuestro. Si nosotros no vamos al Congreso, nadie va. Es necesario defender los planteamientos soberanistas e independentistas de Euskal Herria en Madrid.

En esta minilegistatura ha ejercido de portavoz. ¿Cree que EH Bildu ha cumplido los objetivos marcados?

Sí, lo hemos aprovechado bastante bien. No disponemos de tanto tiempo para intervenir como otros, pero en cada intervención hemos puesto el foco en lo que realmente importa a Euskal Herria: en los derechos sociales y políticos, en el derecho de autodeterminación. Desde el primer momento hicimos un emplazamiento a Pedro Sánchez para que mirara la realidad del problema y tomase cartas en el asunto. Las primeras medidas que planteamos, que luego no tuvieron recorrido tal y como ha ido la legislatura, eran sobre asuntos que afectaban a los derechos sociales, como la derogación de la reforma laboral, las pensiones y la reforma de la ley de autonomía de los ayuntamientos.

Arnaldo Otegi señaló en este periódico que Podemos cometió un error gravísimo al no investir a Sánchez. ¿Cree que fue una equivocación?

Con esa decisión abrieron la puerta a que la derecha vuelva otra vez, y el riesgo de las tres derechas unidas sigue estando ahí. Me parece que ha sido una irresponsabilidad enorme. No obstante, siempre digo que la responsabilidad máxima es de quien tiene la posibilidad y la facultad de formar gobierno. Podemos, por un error táctico, al final no supo mirar con una estrategia de largo recorrido.

Usted afirmó que una representación fuerte de los soberanistas impedirá que el PSOE se eche en manos de la derecha. ¿Las continuas amenazas con el 155, la violencia policial en Catalunya y las falsas promesas de derogar la reforma laboral o la Ley Mordaza no reflejan que Sánchez ya está en la derecha?

Sí, de hecho Sánchez decía que el PSOE va a mirar a la izquierda. Entonces, la pregunta es: ¿dónde te sitúas tú? Las presiones le van a llevar a esas posiciones de involución y de cerrazón. Lo que ocurre es que si las fuerzas soberanistas se unen podemos hacer una especie de dique de contención. Y las perspectivas son buenas. No es solamente ser más, que está bien porque así nos contabilizan, pero si somos más, somos más fuertes y eficaces en la tarea que tenemos por delante: demostrar que este Estado no es democrático y que no respeta los derechos de los pueblos ni de las personas.

Si se da de nuevo la posibilidad de un gobierno PSOE-Podemos, con la abstención de EH Bildu y ERC, y Sanchez aplica el 155, ¿cómo digerirá esto el independentismo vasco y catalán?

Si esa situación se da, lo que tenemos que preguntarnos es qué va a hacer Sánchez, no tanto qué vamos a hacer nosotros. En EH Bildu vamos a impedir el acceso de la derecha. Si el PSOE se decanta por una posición de renovación del Régimen del 78, nosotros estaremos en contra. Si da vías e indica que puede haber una oportunidad, nosotros podremos replantearnos el tema y veremos qué hacemos en función de lo que ofrezca. Pero la pelota está en su tejado.

Bloqueo político en Madrid, campaña de siete días con Catalunya en el fondo... ¿Cómo encara EH Bildu esta situación excepcional?

Es efectivamente una campaña excepcional, no una campaña de trámite. Por eso decimos que en este momento es más importante que nunca ir a votar. Hace un tiempo, cuando se evidenció que iba a haber nuevas elecciones, los comentarios que oía eran bastante comunes: qué pereza, otra vez elecciones. Pero, con lo que está ocurriendo, la gente está viendo que es necesaria la movilización del voto.

La sentencia del Tribunal Supremo sobre Catalunya ha ocupado el foco mediático y político. ¿Como respuesta política a esa condena viene la Declaración de Llotja de Mar?

Se estaba trabajando desde hace bastante tiempo. Es una gran noticia, porque de alguna forma tiene un valor estratégico enorme. La foto evidencia ante el mundo que no hay un problema catalán, que no hay un problema vasco, que el problema es español. Representantes de organizaciones soberanistas de todo el Estado nos reunimos para tener un posicionamiento común. Se hizo en el marco de la sentencia, porque ésta impregnaba todo lo que estaba sucediendo e impregnará también la campaña electoral, pero va más allá de lo que es una respuesta a la sentencia. Es una cuestión de largo recorrido y que irá dando sus frutos.

Una foto en la que no estuvo el PNV.

No han dado ninguna razón que explique claramente por qué no estaban allí. Yo creo que el PNV se ha situado como espectador de ese proceso y creo que eso no es bueno. También opino que dejara de hacerlo porque los tiempos van cambiando. Pasará de ser espectador a implicarse. Si queremos cambiar la historia, eso no se consigue sin hacer nada. Hay una frase por ahí que dice que la historia no es el simple transcurrir de los días, y es cierto, no puedes hacer de mero espectador de algo si en realidad lo quieres cambiar.

¿Mantendrá EH Bildu esa coordinación, ese grupo propio, con ERC en el Congreso? ¿Dónde queda la CUP?

Nosotros tenemos un acuerdo estratégico con ERC que llevaremos adelante y del que estamos muy satisfechos. Este tiempo que hemos estado en Madrid nos ha servido para cohesionarnos más. En cualquier caso, la oferta que se hizo a ERC no era única y exclusivamente para ERC. En absoluto somos excluyentes y si la CUP entra, estaremos abiertos porque nuestra idea es seguir sumando.

Pero las posiciones entre ERC y la CUP son muy diferentes. ¿EH Bildu va a Madrid con la mano tendida o con una posición de ruptura?

Nosotros vamos a ir a aprovechar cualquier opción que tenga Euskal Herria para poder determinar su futuro, y fundamentalmente para conseguir solucionar las cosas más urgentes. Entre estas está el tema de los presos políticos vascos y la situación que viven, el que termine el sufrimiento de familiares y allegados. Para nosotros eso es determinante; era determinante antes y, por eso, dimos la abstención al PSOE, porque creíamos que se podía abrir esa ventana de oportunidad.

¿Ve al PSOE dando respuesta a la situación de los presos políticos vascos?

Ya veremos. Creo que al PSOE le tenemos que forzar entre todos a que cambie las posiciones. El Estado, el PSOE, el Gobierno, no van a cambiar el posicionamiento porque se vayan a volver demócratas de golpe, no les va a dar un ramalazo de sentido común. Pero creo que hay que forzarle a hacerlo.

¿Qué escenario, qué paisaje parlamentario dibuja Mertxe Aizpurua tras el 10N?

Va a quedar bastante parecido de lo que estaba hasta ahora. Es cierto que puede que el PSOE vaya de la mano del PP. Con eso lo que van a hacer es promover y activar las políticas de derechas. Es un escenario peor, al que se le responderá y le haremos frente.

Los presos políticos catalanes se han encontrado con penas de hasta 13 años y los jóvenes de Altsasu de hasta 9 años. ¿La imagen de la Justicia española pasa por su peor momento?

Creo que sí, se está viendo ahora. Gracias a las redes sociales se pueden modificar esas impresiones que antes solo estaban en manos de los grandes medios de comunicación, que daban una única información que moldeaba conciencias y formaba e imprimía la ideología.

Otegi reconocía que «no estamos en la misma fase que en Catalunya», pero remarcaba asimismo que es necesario acompasar el proceso vasco con el catalán. ¿Hay base para ello? ¿A corto plazo es posible?

Sí, hay base. Ultimamente se esta visualizando. No estamos en la misma situación que Catalunya, allí han hecho un recorrido que nosotros no hemos hecho todavía, pero sí que hay que sincronizarnos, cada uno desde su perspectiva. Es posible que ellos ejerzan antes el derecho a decidir, pero a nosotros nos llegara después. Creo que no va a ser rápido, los procesos son procesos porque se llevan a lo largo del tiempo, pero no tengo duda de que al final llegará.

Hemos visto una potente lucha de los trabajadores del Metal, habrá huelga general en enero y una nueva crisis en el horizonte. ¿Esto puede provocar otro tipo de respuesta popular?

Creo que la clave está ahí. Por ejemplo, en el tema político se ha visto que el soberanismo y los independentistas del Estado han empezado a unirse para proteger sus intereses, pero igual también hace falta que todas esas luchas se activen de manera coordinada. Al final es hacer frente al Estado, al status quo actual, desde todas las vertientes posibles.