Iñaki IRIONDO
A los leones

¿Sirve el ejemplo de Gora Gasteiz contra Vox?

El debate televisado del lunes se convirtió en el mayor mitin que jamás había dado Vox, con una media de más de ocho millones de presentes. El discurso misógino, racista y nacional-católico de Santiago (y cierra España) Abascal apenas encontró réplica en el resto de intervinientes. De PP y Ciudadanos, porque preferían no contradecir en público ocurrencias fascistas como la ilegalización de partidos, no fueran a perder votos. Y siendo bienpensantes, aceptemos que Sánchez e Iglesias se sumaron a la corriente que cree que contradecir a la ultraderecha le da protagonismo.

Ese debate, que es profundo, se dio en 2014 y 2015 en Gasteiz, con qué hacer con las declaraciones racistas del entonces alcalde, Javier Maroto, y su posterior campaña sobre la RGI: si plantarle cara, sabiendo que se corría el riesgo de engordar su base electoral, o dejarlo pasar, con el coste de normalizar su discurso.

La respuesta fue una movilización alegre, colorista y trasversal, nucleada en torno a Gora Gasteiz, que se plantó con datos y razones frente a la palabrería racista de Javier Maroto. Llegaron las elecciones municipales de 2015 y el PP de Maroto subió en votos, como se había previsto. Pero, al mismo tiempo, se consiguió que se quedara solo. Maroto manchaba. Y perdió la Alcaldía, primer paso hacia Sotosalbos.

Tras las elecciones andaluzas de 2018, en las que Vox obtuvo su primera representación institucional, hubo una reacción defensiva del movimiento feminista en las calles que no tuvo continuidad ni consiguió que se estableciera un cordón sanitario en torno a la ultraderecha, porque PP y C’s son concomitantes con Vox. En España quizá ya sea tarde para un Gora Gasteiz.

En Euskal Herria y en este contexto, hablar de Vox es hablar del partido de Abascal y de sus socios. El 28A su representación quedó reducida a los dos diputados de UPN. Enfrentarse cara a cara con el trifachito dio resultados, especialmente en Araba. Ho tornarem a fer?