GARA
NUEVA YORK

La ONU vuelve a pedir el fin del bloqueo a Cuba pese a EEUU, Israel y Brasil

Cuba volvió a conseguir ayer que la Asamblea General de Naciones Unidas insista en pedir el fin del bloqueo impuesto por EEUU sobre la isla desde hace seis décadas, aunque esta vez Brasil unió su voto en contra a EEUU e Israel. Colombia y Ucrania se abstuvieron.

La Asamblea General de la ONU pidió ayer una vez más el fin del bloqueo estadounidense contra Cuba a través de una resolución aprobada por una abrumadora mayoría de 187 de los 193 estados miembros y con los votos en contra de EEUU, Israel y Brasil, que por primera vez mostró su apoyo a los estadounidenses en esta votación.

La votación de la resolución “Necesidad de acabar con el embargo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América a Cuba”, que no es vinculante, ha sido propuesta anualmente por La Habana desde 1992 con similares resultados.

Por primera vez, a los habituales votos en contra de EEUU e Israel, que se repiten año tras año, se sumó el del Brasil del ultraderechista Jair Bolsonaro, mientras que Colombia optó por la abstención, al igual que Ucrania, que el año pasado prefirió no votar. Por su parte, Moldavia, como hizo en la anterior votación, no ejerció su derecho al sufragio.

No ha sorprendido el cambio de voto de Brasil y Colombia. Bolsonaro no ha ocultado su animadversión hacia el Gobierno de La Habana, al que tilda de «dictadura comunista» y al que acusa de promover un «régimen de esclavitud», mientras que el presidente de Colombia, Iván Duque, también mantiene una tensa relación con las autoridades cubanas por la negativa de La Habana de extraditar a los líderes guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

En vísperas de la votación, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció «presiones» de Washington a países de América Latina para obtener su voto contra el proyecto de resolución que Cuba presenta cada año.

Ayer, Rodríguez manifestó que EEUU carece de autoridad moral para criticar a ningún país en materia de derechos humanos y citó las muertes de civiles a manos de sus tropas en diversas latitudes y el empleo de la tortura, las de afroamericanos por la Policía, las de migrantes por las patrullas fronterizas y de menores no acompañados en detención migratoria, y el uso abusivo y racialmente diferenciado de la pena de muerte. Recordó, además, que en uno de los países más ricos del mundo, 40 millones de personas viven en condiciones de pobreza –18,5 millones de esos en pobreza extrema– y 28,5 millones de personas no tienen seguro médico.

Más allá de que Washington lograra sumar un puñado de países a su causa, la votación evidenció una vez más el rechazo casi en bloque de la comunidad internacional a la política y las sanciones unilaterales impuestas a Cuba.

Poco antes de la votación, la nueva representante permanente de EEUU en la ONU, Kelly Craft, acusó a la comunidad internacional de «cuestionar» el derecho de su país a elegir con quién comercia. «Como todas las naciones decidimos cuáles son los países con los que comerciamos. Este es nuestro derecho soberano, nos preocupa que la comunidad internacional en nombre de la protección de la soberanía, siga cuestionando este derecho», señaló.

Pero esa afirmación fue rechazada por muchos países en sus intervenciones, incluidos los estados miembros de la UE que, a través del representante de Finlandia en la ONU, Jukka Salovaara, indicaron que la «aplicación extraterritorial» de las sanciones por parte de EEUU «afectan a los intereses de la UE».

Se refería, entre otras cosas, al título 3 de la ley Helms Burton, reactivado por la Administración Trump, y que permite demandar ante tribunales estadounidenses a compañías de terceros países que supuestamente se beneficien de propiedades expropiadas tras la Revolución cubana en 1959.