Amalur ARTOLA
DONOSTIA

Martínez de Lezea vuelve a sus orígenes con «Hierba de brujas»

Toti de Martínez de Lezea ha vuelto a su «tema predilecto» con «Hierba de brujas», libro que publica en euskara y castellano y que trata de la caza de brujas que, durante el siglo XVI, llevó a la hoguera a miles de mujeres. Loredi, una joven «maldita», tendrá que defenderse ante los abusos de los inquisidores Pedro Balanza y el licenciado Avellaneda.

Han sido sus propios lectores, según afirma Toti Martínez de Lezea, los que la han empujado a rememorar proyectos como “La Herbolera” o “La hija de la luna” y volver a sumergirse de lleno en el imaginario de las brujas y el acoso de la Inquisición en “Hierva de brujas” (“Sorgin belarra”), que publica conjuntamente en euskara y castellano con Erein. «Cuando pregunté en Facebook ganó por goleada el tema de las brujas y la inquisición medieval», aseguraba este jueves la escritora gasteiztarra en la presentación de la novela. «Se puede decir que ha vuelto a su tema predilecto, a las brujas», remarcaba en la presentación de la publicación el editor de Erein Inazio Mujika, figura que, en su opinión, no es más que un «constructo de unas mentes calenturientas» mediante la que se revela la relación de poder imperante en el siglo XVI, época en la que se centra la novela de Martínez de Lezea.

La trama arranca con Loredi, joven que nació ya «maldita» por ser la menor de siete hermanas y morir su madre en el parto: «El séptimo hijo era quien iba a combatir los dragones, pero la séptima hija de siete hijas era directamente bruja y, como además muere su madre en el parto, no la quiere ni su abuela», narraba la escritora. Junto a su padre, pastor en el Pirineo navarro, pasará los primeros años de su infancia hasta que este le permite bajar a Erronkari, en invierno de 1925, fecha en la que la narración se aferra a la historia y se centra en la caza de brujas que se sufrió en los valles pirenaicos: «Siempre se habla de la inquisición, pero estos fueron jueces civiles, del Gobierno navarro», rechazaba la autora. Según contaba, se calcula que murieron entre 100 y 200 personas quemadas en la hoguera.

En la narración, la joven Loredi tendrá que escapar de las garras del juez Pedro Balanza y el licenciado Avellaneda, personaje ficticio que Martínez de Lezea a creado a partir de una referencia que ha encontrado sobre un hombre que llevó a la hoguera a varias mujeres, archivo que se anexa tras la novela. «Como no se sabe mucho de él, me lo he podido inventar. Este segundo inquisidor es un obseso sexual, iba para cura, y cuando la ve desnuda [a Loredi] se calienta. Durante años se irán encontrando», adelantaba.