Natxo MATXIN
Elkarrizketa
IñIGO PÉREZ
JUGADOR DE OSASUNA

«La sintonía con El Sadar es como ponerle otro motor al equipo»

Después de siete meses lesionado, Iñigo Pérez se va reintegrando a la dinámica del equipo e incluso ya ha gozado de algunos minutos en la presente temporada. Ahora mismo, su objetivo es pelearse en los entrenamientos un hueco en el once rojillo, una tarea que no será nada fácil a la vista de la enorme competencia que hay en la escuadra navarra.

Pasa por su etapa más madura como futbolista profesional y eso se nota. Ligado en sus últimos cinco años como profesional al equipo técnico liderado por Jagoba Arrasate, el jugador txantreano quiere aportar su granito de arena sobre el césped para la consecución del objetivo rojillo de la permanencia.

¿Cómo está siendo el periodo de adaptación a la dinámica del grupo después de tanto tiempo lesionado?

Teniendo en cuenta que han sido muchos meses parado, el balance es muy positivo. Una vez reintegrado en el grupo, el pie está funcionando muy bien y aunque al principio había que tener alguna cautela a nivel muscular, ahora mismo también estoy respondiendo bien en ese aspecto.

El jueves disputó su primer partido completo e incluso marcó...

Mis sensaciones fueron que ya no iba a remolque, no me tuve que regular y estuve pensando únicamente en el juego. Encima pude ayudar con un gol, que siempre es anecdótico en un partido amistoso, pero que me sirve para coger otro puntito de confianza.

Siete años después volvió a competir en Primera, con unos minutos ante el Valencia. ¿Tenía esperanzas de repetir en la máxima categoría?

Cuando bajas un escalón competitivo, se te desmorona un poco esa ilusión. Sin embargo, uno va encontrando de nuevo su nivel futbolístico y la estabilidad día a día para poder fichar por un club como Osasuna, cuyo objetivo era el ascenso y se recupera el estímulo. Afortunadamente, pudimos materializar el reto de regresar al máximo nivel.

Y siete meses más tarde pisó de nuevo el césped de El Sadar, ¿con qué sensaciones?

Un tanto extrañas, ya que tras una lesión tan prolongada se te olvida la relación intrínseca con el balón, el hecho de correr y desplazarte, todo te parece nuevo. En todo caso, es muy agradable volver a sentir todo eso, mejor todavía si va acompañado de una victoria.

Y el apoyo de la grada, que coreó su nombre...

Lo cierto es que no me esperaba el cántico, son detalles que a uno nunca se le olvidan, se te quedan grabados y en ese instante suponen muchísimo. La afición rojilla es muy empática y generosa, sabe reconocer el nivel deportivo y cuando alguien está pasando por un momento delicado.

¿Qué se le pasa por la cabeza a un futbolista cuando ve que no puede ejercer su profesión durante tanto tiempo?

Es frustrante y doloroso, pues la tristeza se te instala dentro de ti y no te deja ser tú mismo en el día a día. Y pasas mucha envidia a tu alrededor, al ver que tus compañeros pueden entrenar y jugar, que disfrutan y tú no puedes hacerlo. Ya me ocurrió con el Athletic, que estuve toda una temporada sin jugar por una lesión en el tobillo, solo que ahora se sabe llevar mejor por la experiencia que acumulas.

Y tras lesionarse, ¿pensaba que su dolencia se iba a prolongar tanto en el tiempo?

La verdad es que no, aunque en el mismo momento de la lesión en Zaragoza tuve constancia de manera instantánea que me había hecho un daño muy diferente a otras patadas, fue un momento muy doloroso. Después te entran esas dudas que tenemos todos los futbolistas, de que igual no es tan grave. Pero sí lo fue, entre otras razones por las tomas de decisión equivocadas que realicé. El ímpetu de querer volver cuanto antes a la buena dinámica que llevaba el equipo era contradictorio con un pie que me estaba diciendo que era muy pronto para regresar a los entrenamientos.

Conforme veía que la lesión no terminaba de curarse, ¿se le pasó por la cabeza que quizás no podría volver a jugar al fútbol?

Uno empieza a pensar ese tipo de cosas cuando llega un momento en el que los servicios médicos te lo ponen crudo, te informan de que es una lesión compleja y de que se han probado diferentes tratamientos sin obtenerse un resultado satisfactorio. Afortunadamente, el pie empezó a responder mejor a los estímulos en esa fase final.

Por cómo celebraron los compañeros su regreso, queda la sensación de que durante estos meses ha aportado lo suyo en el vestuario pese a no jugar.

Siempre he intentando diferenciar entre lo que sientes interiormente y cómo hay que actuar de manera grupal. Cuando perteneces a un colectivo, hay que unir, sumar y crear. En el vestuario soy una persona muy alegre, que intenta fijarse siempre en aquel a quien puedas echarle un cable. He notado el cariño de mis compañeros, algo lógico si tenemos en cuenta que en el vestuario hay un muy buen grupo, con gente generosa a nivel gestual y emocional.

Obviamente, el objetivo ahora será ponérselo difícil al míster para seguir disponiendo de oportunidades, aunque hacerse un hueco en el equipo no parece una tarea nada fácil.

El hecho de que sea complicado demuestra que el nivel colectivo y los resultados están acompañando. Además, en la zona en la que me venía desempeñando han entrado cuatro o cinco jugadores con un rendimiento muy bueno, pero mi filosofía de trabajo es siempre intentar rayar en la perfección, sobre todo a nivel actitudinal, intentando que mis virtudes se muestren de manera más contundente y sólida. Debo enfocar toda la energía en intentar disponer de minutos y luego, por desgracia, también hay lesiones, sanciones y puedo jugar en otros puestos.

Esa polivalencia y versatilidad a la que se refiere, ¿puede ayudarle a recuperar la titularidad?

Creo que, al menos, sí me puede ayudar a disputar más minutos. Desde pequeño he jugado en varias posiciones y lo que tengo claro es que ello me ha enriquecido como futbolista, pues entiendo mejor el juego y al compañero que está en un puesto que ya he desempeñado, de cara a hacer más daño al rival.

¿Cómo se puede explicar el notable comienzo liguero que ha tenido Osasuna, convirtiéndose en un equipo difícil de batir?

Si se mantiene en el tiempo la idea futbolística y los protagonistas siguen creyendo fervientemente en su entrenador, solo pueden obtenerse buenos resultados. Quizás un poco inesperados, pero eso es porque los navarros pecamos de cautos, humildes y un tanto segurolas, aunque luego vayamos a tope. Empezar con una victoria en Leganés y ver que en casa puedes competir y ganar a cualquiera ha marcado mucho, además de que la sintonía con El Sadar es como ponerle otro motor de más al equipo.

¿Y en qué fundamentos se basa esa idea futbolística que tan provechosa está resultando?

En una buena presión y la solidaridad. El equipo sabe que va a estar cómodo o cerca de llevarse los partidos si hace bien ambas cosas. El robo alto, que hace daño al contrario, y las ayudas constantes son una combinación que permite estar muy cerca de la portería rival y del gol, lo que lógicamente trae consigo la suma de muchos puntos.

Casi dos tercios de ellos se han obtenido en El Sadar, donde el equipo sigue intratable.

El Sadar potencia tu fútbol, te hace mejor de lo que eres. Cuando suena el pitido final, estás muy contento porque generalmente vas ganando, pero ya empiezas a echar de menos volver a jugar ante tu gente. Para mí, los puntos de casa no tienen precio y en nuestro campo hemos visto al equipo hacer un fútbol fantástico.

El siguiente rival que amenaza esos números caseros es el Athletic, un club que le formó como persona y futbolista. ¿Un partido especial?

Sí, porque nunca me he enfrentado al Athletic, una entidad a la que llegué con 13 años y salí con 25, por lo que solo tengo buenas palabras. A partir de ahí, ahora mismo son rivales, llegan a nuestra casa y deseo obtener otra victoria más. Será un partido complejo porque ellos vendrán con las orejas tiesas y no les va a sorprender el ambiente. Me gustaría estar en el campo, pero sé que es dificíl.

Su reciente trayectoria deportiva está muy ligada a la figura de Jagoba Arrasate. ¿qué representa el míster para usted?

Sumo la quinta temporada con el mismo cuerpo técnico y eso no es lo habitual. Jagoba, y por extensión Bittor y Sergi, son quienes mayor rendimiento han sabido sacar de mí, a nivel de confianza, saber estar en el campo y modo de entender el juego. Aparte, mantenemos una amistad muy fuerte, pues es una persona super natural, que hace fácil al jugador el día a día y también desenvolverte en el campo, pues te dice sus directrices, pero te deja actuar. Es cierto que también me marcó Bielsa, con quien alcancé un pico de forma muy bueno, pero que solo duró una campaña.

Oyéndole hablar, da la impresión de que su vida va a seguir siempre ligada al mundo del fútbol, seguramente en los banquillos.

Tengo el título de entrenador nacional, que me lo saqué ya hace unos cuantos años, cuando era jugador del filial del Athletic. Siempre lo he dicho, me gustaría ser entrenador, aunque soy consciente de la complejidad que ello entraña. Me fijo mucho en lo que hace Jagoba y Bittor, y me encanta la idea futbolística que tenemos en Osasuna, porque al futbolista, si le convences, prefiere jugar hacia adelante. A día de hoy, un buen ejemplo es también el Liverpool, que se desenvuelve bien en todas las facetas del juego, dominando o contragolpeando, siempre fuerte en ambas áreas.