Nora FRANCO MADARIAGA
Opera

Esperado estreno

La obra “Jérusalem” es uno de los pocos títulos que quedaban para dar por finalizado el titánico “Tutto Verdi” y, aunque está basada en “I Lombardi alla prima crociata”, merece su propio lugar en este proyecto ya que es mucho más que una adaptación al estilo francés de una ópera italiana: es una auténtica revisión y reelaboración, conformando una obra más sólida, coherente y madura que, si bien sigue lejos de ser una obra maestra, contiene páginas muy destacables que, asombrosamente, jamás habían sido representadas en el Estado español.

Para esta ocasión singular, ABAO ha dejado la dirección escénica en manos de Francisco Negrín, un creador atrevido y moderno que siempre sorprende con sus montajes complejos y desconcertantes pero que, como suele ser habitual, vuelve a acertar en su concepción sensorial de los espacios, aprovechando la gran profundidad escénica del Euskalduna para ubicar los personajes en muy distintos planos físicos y acústicos, enriqueciendo la textura musical de la propia obra. Destacable también el uso de determinados colores –el rojo se ha convertido en una marca reconocible del autor–, que no por mostrar un simbolismo obvio dejan de estar adecuadamente utilizados.

El complicado despliegue técnico –maquinaria, proyecciones, movimientos– junto con la fantástica iluminación de la obra, se alían para sumergir al espectador en un ambiente extraño que consigue centrar la atención sobre la lírica.

A este respecto, el elenco escogido no ha estado a la misma altura que la producción escénica. La soprano Rocío Ignacio defendió un papel difícil y extenso con pundonor, mostrando registro amplio y voz poderosa pero de emisión irregular, innecesariamente forzada y gutural en los ataques que no convenció salvo en los pasajes más ligeros. Del mismo modo, el tenor Jorge de León lució su timbre potente y brillante de toque metálico que quedó anulado por una actuación absolutamente plana, tanto en canto como en interpretación.

El barítono Michele Pertusi ofreció la mejor ejecución de la velada, con agudos generosos y graves de poco volumen pero resonantes, buen fraseo y estupendo despliegue expresivo. Vocalmente, la parte más reseñable corresponde en esta ocasión al coro, que ofreció un trabajo de gran calidad musical e interpretativa.

En conjunto, la puesta en escena de Negrín junto a la fabulosa labor del director italiano Ciampa y el gran desempeño de la BOS en el foso ponen de relieve una obra que merece una atenta escucha en este tardío pero esperado estreno.

Honi buruzko guztia: Opera