Pello Guerra
Periodista
JOPUNTUA

Navarra Suma, el perro del hortelano y el euskara

Ni come, ni deja comer. Así es el perro del hortelano del proverbio popular y perfectamente se puede aplicar este dicho a la actitud de Navarra Suma respecto al euskara. Porque solo así se puede explicar lo que ha hecho el tripartito de derechas en Iruñea con su nueva ordenanza sobre la lingua navarrorum.

El caso es que a los representantes de Navarra Suma se les llena la boca asegurando, sin ruborizarse, que no están en contra del euskara. Pero hacen todo lo que está en su mano para ocultar su presencia, a pesar de que se trata de una de los mayores tesoros de esta tierra.

Lo más curioso es que sostienen que lo hacen porque, en la ordenanza aprobada en mayo por el Ayuntamiento del Cambio, se «impone» el bilingüismo y este, por lo visto, ofende a determinada gente. ¿De verdad hay personas a las que les puede molestar que en una comunicación del Consistorio aparezcan el castellano y el euskara juntos? ¿Tanto les ofende el bilingüismo en un documento que, de esa manera, entienden sin problemas y además es accesible para el conjunto de la ciudadanía? Sorprendente.

Por lo visto esa circunstancia les resulta discriminatoria, mientras les parece fenomenal que, en unas oposiciones, el euskara reciba menos puntuación como mérito que, por ejemplo, el inglés, el francés o el alemán.

Entonces sacan a colación los datos de personas que saben y utilizan el euskara para justificar que esa lengua sea arrinconada. ¿Cuántas personas de Iruñea saben y hablan inglés, francés o alemán? Ese dato, que les parece tan decisivo con el euskara, por lo visto les da igual en esos casos, ya que conocer esas lenguas demuestra estar mejor preparado, algo que, por lo visto, no sucede con la lingua navarrorum.

En el fondo, lo que subyace es la idea de que como no sé euskara, ni pienso aprenderlo, que les den mucho a los que lo dominan. Con «amigos» así del euskara, ¿quién necesita enemigos?