M.I.
MIDWAY

Cine bélico por la primacía histórica

P ara este cronista sería muy fácil empezar diciendo que el mundo no necesitaba otra película sobre la batalla de Midway, pero lo cierto es que en su primer fin de semana la película se colocó en el número uno de la taquilla estadounidense y ya ha recuperado los 100 millones de dólares invertidos. Y eso que nada aporta a la versión previa de Jack Smight “La batalla de Midway” (1976), protagonizada por un Charlton Heston en su salsa armamentística. Menos aún al documental “The Battle of Midway” (1942), que le valió el Óscar de la categoría al maestro John Ford, al haber sido rodado en plena Campaña del Pacífico. El testigo lo recoge el alemán Roland Emmerich, que se hiciera un sitio en la industria de Hollywood a fuerza de hacer películas patrióticas y catastrofistas. Dos elementos que no falan en su nueva producción, cuya pretendida espectacularidad falla por culpa de unas explosiones y un fuego de combate digitalizados que contribuyen a una sensación de artificio pirotécnico. Dramaturgia tampoco hay, por lo que el reparto coral no dispone en sus individualidades de espacio para desarrollar unos personajes con un mínimo de entidad dentro del relato de acción.