Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «El tiempo contigo»

Un rayo de luz entre nubarrones

El autor de la exitosa “Your Name” vuelve a recurrir a las pulsaciones adolescentes a la hora de orquestar esta fábula romántica que subvierte el espacio y el tiempo y sublima el amor en los tiempos del cólera. Mediante una paleta de tonalidades pastel muy oportunas y una luminosidad de reminiscencias celestiales, Makoto Shinkai plasma en la pantalla un cálido y emotivo melodrama en el que lo inverosímil coquetea en todo momento con secuencias cotidianas a la hora de imaginar dos dimensiones que transitan en paralelo. En esta escenografía cambiante y alterada seguimos la ruta de un joven que abandona su pequeña localidad para trasladarse a la inmensa jungla de asfalto de un Tokio que parece sentenciado ante un inminente apocalipsis. En este espacio extraño, a ratos de reminiscencias oníricas y cargado de incertidumbre, asoma una misteriosa joven que tiene la facultad de cambiar el tiempo. A través de un cuidado diseño de personajes y una gran calidad técnica, el filme transita por espacios que ya hemos visitado con anterioridad a lo largo de la filmografía de Shinkai y volvemos a topar con secuencias espoleadas por la música del grupo japonés Radwimps.

En “El tiempo contigo” todo transita a través de una mecánica que nunca termina de sorprender debido a que tanto el tono como la intención ya ha sido tratada en animes anteriores. A todo ello habría que sumar el telón constante de lluvia que acompaña a múltiples escenas en el que el romanticismo bordea peligrosamente el abismo de lo cursi.

Elegida para representar a Japón en los Óscar, algo que no ocurría desde que el maestro Hayao Miyazaki se sacó de la chistera su mágica “La princesa Mononoke”, esta producción animada se ampara en la fantasía y en las emociones telúricas propias de la adolescencia para abordar temáticas de candente actualidad como el cambio climático.