Agustín GOIKOETXEA
bilbo
MANIFESTACIÓN INDEPENDENTISTA EN BILBO

EH Bildu reivindica la República Vasca y ser «garantía» de derechos

EH Bildu volvió a movilizarse otro 6 de diciembre para reivindicar la República Vasca como fórmula para que la ciudadanía vea garantizados todos sus derechos. En la conclusión de una marcha en Bilbo, su portavoz en el Congreso, Mertxe Aizpurua, advirtió de que acudirán «hasta el infierno» por los presos, la democracia y el derecho a decidir.

El independentismo volvió a protagonizar la movilización más numerosa de las que ayer tuvieron lugar en Euskal Herria coincidiendo con el 41 aniversario de la Constitución española. Miles de personas –en torno a 3.700, según el recuento efectuado por GARA– se manifestaron por la Gran Vía bilbaina por la República Vasca.

En el acto político con el que concluyó la marcha en la plaza Elíptica, la portavoz de EH Bildu en el Congreso español, Mertxe Aizpurua, incidió en la profunda crisis en que se encuentra sumido el Estado español, acrecentada por el proceso independentista en Catalunya. En ese contexto, consideró que el anuncio de un posible acuerdo de gobierno entre PSOE y Podemos «abre una ventana de oportunidad para instalar una agenda democratizadora».

Lo hizo después de agradecer a las miles de personas que respondieron a la convocatoria en un momento en que «la ultraderecha campa a sus anchas por el Estado con mensajes amenazantes y con una derecha que blanquea su actividad y que asume cada vez más sus postulados».

Precisamente, una hora antes de la hora prevista para que arrancase la manifestación, el PP había convocado un acto en un hotel próximo para celebrar el aniversario de la Constitución con la participación de su portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo; la secretaria general en la CAV, Amaya Fernández, y el portavoz en la Cámara de Gasteiz, Borja Sémper, junto a cargos públicos. Lo prolongaron tratando de que su salida a la calle coincidiera con la manifestación por la República Vasca, buscando un hipotético enfrentamiento con los independentista, que no se produjo, cosechando tan solo algún que otro grito en contra.

Fortaleza independentista

En su discurso, Aizpurua, que calificó la actual coyuntura de «momento excepcional», destacó la fortaleza de las distintas formaciones independentistas en el Congreso y Senado español, con 29 representantes en el caso de la Cámara Baja. «Somos más y más fuertes que nunca. Y no solo porque seamos más, sino porque además, actuaremos conjuntamente con un programa de mínimos común», expuso, citando el acuerdo de Llotja de Mar.

«Somos más y vamos de la mano para defender el derecho de autodeterminación, para defender políticas económicas y sociales que cuiden y protejan a la gente y para conseguir la libertad de todos los presos políticos y refugiados», manifestó. Es más, reivindicó que EH Bildu junto con el resto de fuerzas independentistas de Catalunya y Galiza son la «única garantía de que el Estado avance hacia la democracia».

«Somos la garantía para que por fin se respeten los derechos de la ciudadanía vasca. La garantía para que de una vez por todas vascas y vascos podamos ejercer el derecho a decidir. La garantía –insistió la diputada soberanista de izquierdas– para que se adopten políticas económicas y sociales que pongan en el centro a las personas y no los intereses de las grandes multinacionales». «EH Bildu es garantía de democracia, garantía de derechos y libertades y garantía de políticas económicas y sociales que protejan a la gente», reiteró Aizpurua.

La portavoz soberanista mostró su disposición a luchar por la libertad de los presos, la democracia y el derecho a decidir, aunque aguardan a que el aspirante a la reelección como presidente del Gobierno español muestre sus cartas. algo que aún no ha hecho.

Posición de Pedro Sánchez

«Sánchez tendrá que posicionarse. Tendrá que aclarar si es el Sánchez que prioriza el diálogo como vía de solución a los problemas políticos o es el Sánchez de la Ley de Mordaza Digital. O si ese Sánchez va a mantener la condena de la dispersión para los familiares de los presos políticos o si es el Sánchez que va a abordar la raíz del conflicto político que está en el origen de la antidemocracia en la que vivimos en el Estado español», manifestó Aizpurua.

A pesar de que las referencias al escenario político estatal marcó la intervención de Aizpurua, EH Bildu es muy consciente de que Madrid no deja de ser un escenario donde se juega el futuro pero que Euskal Herria es clave. «Estaremos en Madrid y estaremos donde haga falta. Acudiremos hasta el infierno, si es preciso, por los presos, por la democracia, por la defensa y reivindicación del derecho a decidir, por nuestros derechos económicos y sociales», enfatizó.

Antes, subió al escenario situado a espaldas de la Subdelegación del Gobierno español en Bizkaia la parlamentaria Jasone Agirre, quien reivindicó desde un plano más personal su sentimiento republicano y las señas de identidad propias desde su niñez. Subrayó que era republicana vasca porque ella quiere tomar sus decisiones, incidiendo en la importancia que tiene en vez de que se adopten en Madrid para su vida diaria.

En su alocución, en su mayoría en euskara, la abadiñoarra. se preguntó: «¿Cómo no vamos a querer tener una República Vasca que cuide de sus gentes? ¿Cómo no vamos a querer poder decidir nuestro propio futuro, poder organizarnos, tomar nuestras propias decisiones sin depender de Madrid y sus miserias?», para sustentar su apuesta por la República Vasca.

Fue el colofón a una manifestación que tardó 35 minutos en recorrer el tramo de Gran Vía entre el Sagrado Corazón y la plaza Elíptica. A la cabeza, mujeres que ocupan cargos públicos en representación de EH Bildu portando una pancarta con el lema ‘‘Euskal Errepublika!».

Entre consignas en favor de los presos vascos –a las que luego se sumaron otras referidas a los catalanes–, la independencia y la República Vasca la movilización comenzó a recorrer esta arteria principal de Bilbo condicionada por la presencia del «periodista» Cake Minuesa que, después de participar en el acto del PP, trató de provocar a los independentistas. No lo logró, ya que agentes de paisano de la Ertzaintza le vigilaron para impedírselo y acabaron llevándoselo.

A la cola de la marcha, varios cientos de ciudadanos catalanes, algunos residentes en Euskal Herria, pero otros venidos desde el Principat, que sumaron demandas propias a las vascas.