Jon ORMAZABAL
Pelota

Altuna reconduce a Galarza para llegar al primer punto

El de Amezketa y un baraibartarra de menos a más superan a unos incómodos Irribarria-Rezusta en Eibar.

IRRIBARRIA-REZUSTA 17

ALTUNA III-GALARZA 22


Afortunadamente, entre todas esas modas que los futbolistas han contagiado al resto de la sociedad, los pelotaris no han adoptado estúpida costumbre de taparse los labios cuando se dirigen a sus compañeros y, nada más obtener su primer punto, pudimos intuir cómo Jokin Altuna se dirigió a su zaguero para convencerle de que «has jugado de puta madre». Y es que, más allá de la importancia de esa primera victoria y escapar de la dinámica perdedora, el amezketarra sabe de la importancia de hacer sentirse importante a un Ladis Galarza al que ayudó a superar la crisis sufrida en un arranque de partido en el que falló cuatro pelotas, tres saques sin más misterio, casi de manera consecutiva (6-2) .

Por edad, pronto será junto a Untoria el más veterano de su empresa, le tocaría al de Baraibar sumar esos intangibles necesarios para «hacer pareja», pero fue el joven Altuna el que, desde su imperial juego, pero también con sus constantes ánimos y dejándole las mejores pelotas para su lucimiento, logró que Ladis Galarza levantara la mirada del suelo y mirara a los ojos a dos pegadores como Irribarria-Rezusta, que siguen sin encontrar su juego.

Y es que, esos cuatro tantos iniciales fueron prácticamente la única renta que manejaron los campeones de 2017, que siguen sin poder complementar sus poderosas zurdas. Ayer volvieron a dominar durante varias fases del partido, sobre todo hacia el final, cuando dieron en el cestaño con una pelota viva, pero nunca lograron doblegar a un Ladis Galarza rehecho y además adolecieron de la misma falta de continuidad en su juego que han venido mostrando en este inicio de campeonato ante las tres parejas de su empresa. Una espectacular remontada les sirvió para estrenarse la semana pasada en el propio Astelena, pero ayer enfrente tuvieron a un Altuna que desde el primer tanto, en el que él solo movió a sus dos rivales para terminar de gancho, mostró que tenía prisa por volver a llegar a 22, tras tres partidos consecutivos, demasiados para él, sin poder hacerlo.

Así que, decidido a recuperar la senda del triunfo, se presentó en la Catedral con su habitual brillo en el remate, enredando a sus rivales en su terreno, pero sin escatimar esfuerzos en quitar pelotas comprometidas a su pareja y añadir confianza en un depósito que estuvo en reserva pero que terminó ofreciendo notables prestaciones defensivas según avanzó el duelo.

Por contra, Irribarria-Rezusta siguen sin poder encontrar el equilibrio en su juego, con acciones de mérito y estéticas, pero sin poder acoplarse ni conseguir esa química que ayer supo cocinar un gran Altuna.