Mikel ZUBIMENDI
JOXE AZURMENDI, CATARATA DEL PENSAMIENTO VASCO

FILOSOFÍA DE AZURMENDI, ACTO RADICAL DE CREACIÓN NACIONAL

EL CONGRESO DEDICADO A JOXE AZURMENDI QUE CONCLUYE HOY LEVANTÓ MUCHO INTERÉS Y REUNIÓ A DIFERENTES GENERACIONES Y TRADICIONES DEL PAÍS. FUE UNA MUESTRA DE RESPETO Y ADMIRACIÓN CON LA TRAYECTORIA DEL FILÓSOFO DE ZEGAMA, UN COLOSO DEL PENSAMIENTO EN EUSKARA QUE ES IMPRESCINDIBLE EN Y PARA EUSKAL HERRIA.

El Museo San Telmo de Donostia presentaba ayer un aspecto inusual. Un lleno, si no hasta la bandera, masivo, con gente de pie en ciertas conferencias, con público de diferentes generaciones. Y eso en un evento sobre la filosofía que, aun cuando es un acto radical de creación, no es propicia para el consumo de masas. Es el congreso sobre Joxe Azurmendi, seguramente el mayor pensador en euskara del siglo XX. Un filósofo discreto, poco dado a hacer aspavientos con sus ideas en los medios de comunicación, Azurmendi tiene una intuición innata y una capacidad excepcional de escarbar en nuestra tradición, de sacarle punta, renovarla y darle vida.

Se respiraba algo especial en el ambiente. Había interés, expectativas, ganas por acercarse al pensamiento de un autor cuya obra es tan vasta que resulta casi inabarcable. Eran mayoría los universitarios, fuesen profesores o alumnos, pero también estaban presentes representantes políticos de las dos familias del abertzalismo. Se oyó a representantes del PNV calificando a Azurmendi como un «faro» o al director de GARA definiéndolo como la persona que mejor ha identificado las trampas morales y la hipocresía con las que han intentando jibarizar las aspiraciones nacionales vascas.

Azurmendi acercó el pensamiento universal al euskara y ayer pudo oírse la relación que tuvo con Socrates o Hegel. También con Bitoriano Gandiaga y Jorge Oteiza en Arantzazu, y con el resto de miembros de “Jakin”. Ayer hubo en San Telmo tantos enfoques y frentes abiertos como mentes creativas para pensar en los desafíos del país.

Un país en crisis

El pensamiento de Azurmendi ha irrigado otras generaciones y territorios. El gentío congregado ayer, el compromiso y respeto con la trayectoria del filósofo de Zegama, y el potencial pedagógico e investigador condensado en las charlas hablan bien del pensamiento en euskara.

Los libros de Azurmendi recibían a los asistentes en la entrada. Impresionaban. De hecho, para quien suscribe, los libros más importantes que se han escrito nunca son “El origen de las especies”, de Charles Darwin, y “Euskaldunak eta espainolak”. Son obras apropiadas para leer en prisión. Cierto es que ninguno de ellos fue pionero, que recogieron y dieron coherencia a obras anteriores. Que de igual manera que antes que Darwin ya andaba su abuelo Erasmus Darwin irritando al clero y al pensamiento dominante al indicar que como especie habíamos emergido desde formas de vida más bajas, desde los moluscos, también marcaron el camino de Azurmendi otros titanes del pensamiento vasco como Federico Krutwig y su imprescindible “Vasconia”, Txillardegi o Jorge Oteiza.

En las diferentes conferencias, que abarcaron tantos enfoques del pensamiento de Azurmendi que es imposible resumirlos en estas líneas, se repitieron algunas claves. La primera, la idea de la crisis, de seguir echando mano de paradigmas agotados, de falta de mecanismos como pueblo y de instrumentos para reproducir la identidad vasca, de irnos quedando sin espacio público. Son reflejos propios de crisis generales. Se mencionó la mediocridad de la clase política y que nos merecemos los políticos que tenemos.

metáforas compartidas

Pero como remarca el propio Azurmendi, y recordó ayer Iñaki Soto, no existen las victorias totales ni las derrotas absolutas. En ese sentido, para una transición de la «desecha» comunidad natural del euskara a la comunidad política, los diferentes ponentes apuntaron pistas de futuro. Y aun no teniendo aún un lenguaje compartido en el que podamos entendernos, se incidió entre otras ideas en la necesidad de construir metáforas compartidas.

En palabras de Xabier Barandiaran, doctor en sociología y asesor de Markel Olano, que dejó claro en su charla que es militante del PNV y un abertzale que no comulga con la ideología de izquierdas, el futuro pasa por construir «un esquema abertzale compartido, una respuesta compartida a la pregunta de ‘¿de dónde vamos a comer?’ y eso obliga a hablar de empresas vascas, con capital vasco; a construir un espacio comunicativo propio; y por último, a dotarnos de un sistema lingüístico propio y avanzado». Y advirtió sobre un engaño que no podemos aceptar: en vez de poner toda la fe y las energías en la creación de una estructura política, es mejor aceptar que no tenemos fuerza y resistir. Y mientras, construir una nueva conceptualización, otra referencialidad, otro paradigma compartido.

Hoy termina el congreso sobre Joxe Azurmendi, un magnífico historiador de las ideas, un profesor escolástico, con un conocimiento oceánico y que ha siempre ha pensado en y para Euskal Herria. Mañana, al seguir estudiando su obra, íntegramente en euskara, seguiremos mareándonos por la profundidad que tiene y lo fructuosa que resulta.