Soy humano y cuando voy a ver una película del alemán Roland Emmerich no suelo conseguir dejar fuera de la sala de proyección la carga de prejuicios que me acompaña, tanto hacia su gratuito sentido de la espectacularidad como hacia su patriotismo yanqui adoptivo. Menos mal que la profesionalidad puede más, y al acabar la película me pregunto a mi mismo sobre la puntuación que le pondría si el director fuera otro, y la contestación es de entre un aprobado alto y un notable. “Midway” (2019) es una buena muestra del cine bélico clásico, que va a agradar al público potencial del género, dentro y fuera de los EEUU. Para mi posee el ingrediente fundamental y diferencial en este tipo de películas que es el de la utilización al máximo de las posibilidades de la pantalla grande, logrando transmitir una épica que mezcla el dramatismo histórico con los mitos del heroicismo. Y en lo tocante a la pura acción bélica, cuenta con unas secuencias de combates aéreos muy bien planificadas y montadas.

La tensión y el fragor de la batalla están ahí, como también el patriotismo. La diferencia con respecto a otros títulos de la filmografía estadounidense de Emmerich es que por una vez son elementos omnipresentes que no necesitaban de ningún subrayado, y es de justicia reconocer que el pirotécnico cineasta se ha contenido, tratando con respeto y sentido del honor al enemigo nipón, a la manera de como lo hace Clint Eastwood en su obra maestra “Cartas desde Iwo Jima” (2006).

Por otro lado, el desarrollo dramático en paralelo a las secuencias de guerra es menos flojo de lo que suele darse en los repartos corales al uso, y estoy pensando en “Pearl Harbor” (2001) de Michael Bay. Los secundarios Patrick Wilson o Dennis Quaid no desmerecen con respecto a los estelares Ed Skrein y Woody Harrelson. La información estratégica, con su correspondiente documentación, resulta más que suficiente.