Noemí G. GÓMEZ (EFE)

Cheops, el vigilante de exoplanetas, en órbita

Un cohete Soyuz despegó ayer desde el Puerto Espacial de Kourou (Guayana Francesa). Ocurrió a las 5.54 hora local y horas antes se notaba en el centro de control un ambiente distinto al de la víspera, cuando un fallo técnico frustró el lanzamiento. No obstante, los primeros aplausos no se escucharon hasta que se confirmó que el «segundo pasajero», la misión Cheops (Characterising Exoplanet Satellite), se había separado con éxito. Su misión será observar estrellas brillantes que se sabe que albergan planetas, midiendo los minúsculos cambios de su brillo debido al tránsito de dichos cuerpos por delante del disco estelar. Ofrecerá mediciones precisas sobre su tamaño y ello ayudará a determinar su densidad, lo que proporcionará a su vez datos clave sobre su composición y estructura al indicar, por ejemplo, si son predominantemente rocosos o gaseosos, o si son ricos en hielo. Para los expertos, se trata de un paso inicial para conocer las posibilidades de existencia actual o pasada de alguna forma de vida en planetas ajenos al sistema solar.