Arturo Puente
Periodista
JOPUNTUA

Golpistas

Si golpista es quien da golpes, Junqueras debe de ser uno de los mejores, porque el trompazo que le ha metido al Estado español en Europa es de los que hacen historia. El líder de Esquerra Republicana de Catalunya ha visto reconocida su condición de eurodiputado electo, ha conseguido poner en jaque la sentencia que le condenó y al tribunal que la dictó y, de paso, ha abierto la puerta del Parlamento Europeo a Carles Puigdemont y Toni Comín.

El golpe más contundente es para el Supremo. La sentencia del Tribunal de Justicia de la UE da por hecho que el alto tribunal español violó los derechos de Junqueras cuando le condenó sin pedir un suplicatorio al Parlamento Europeo. El juez Marchena sabía que este procedimiento era largo y enmarañado y que, de efectuarlo, debía liberar al republicano, algo que quería evitar. Así que simplemente se lo saltó. Y al hacerlo intervino desde la justicia en el legislativo, violando los mínimos principios de la separación de poderes.

También el Parlamento Europeo sale tocado de esta batalla. Fue la anterior presidencia, ocupada por Antonio Tajani, quien puso a los servicios jurídicos de la institución a trabajar para que Puigdemont y Comín no pudieran obtener las credenciales de eurodiputados y ni siquiera acceder a las instalaciones parlamentarias. Representantes de la Eurocámara acudieron delante del TJUE a defender la interpretación menos garantista posible para algunos de sus propios diputados y, lo que es peor, para sus propios electores. 

Pero seguramente la castaña que ha pasado más desapercibida se la lleva el Tribunal Constitucional español, un órgano de garantías tan rápido para suspender resoluciones del Parlament que ni siquiera ha resuelto el recurso de Junqueras contra su encarcelamiento o contra su suspensión como diputado. Ahora desde Europa se le ha venido a decir que no estaba garantizando los derechos políticos de unos opositores líderes de una minoría nacional. Y esto es un tortazo que en una democracia como la española debería obligar a replantear muchas cosas.