GARA
BOLONIA

El Gobierno italiano retenía el aliento en los comicios de Emilia-Romagna

El gobierno italiano contenía la respiración ante los resultados de los comicios regionales en el histórico bastión de izquierda de Emilia-Romagna, en los que un triunfo de la ultraderecha podría, en coalición con la derecha extrema, provocar nuevas elecciones.

La participación, que a media jornada doblaba a la registrada en los comicios regionales de 2014, se antojaba clave de cara a los resultados, que se esperaban tras el cierre de las urnas a las 11 de la noche.

Toda la atención estaba puesta en Emilia-Romagna, región bañada por el Adriático y bastió histórico de la izquierda desde la II Guerra Mundial.

Los dos candidatos, el actual presidente regional, Stefano Bonaccini (PD), y la candidata de la xenófoba Lega, Lucia Borgonzoni, aparecían empatados con una ligerísima ventaja para esta última. La Lega ganó al PD en la región en las europeas de mayo. La izquierda sigue a la cabeza en las ciudades, caso de Bolonia, pero la ultrasderecha avanzainexorable en los pueblos y en las zonas rurales.

Analistas aseguran que muchas empresas familiares y artesanos locales han sucumbido a los cantos de sirena de Matteo Salvini, líder de la Lega que no dudó en saltarse la prohibición de hacer campaña el día de reflexión y prometió desde su cuenta de twitter que retomará las expulsiones de inmigrantes si vuelve al gobierno.

Ello da una idea de la ansiedad en torno a unos resultados que se anuncian muy ajustados. Y es que si la política italiana ya era complicada, la irrupción hace años de un movimiento como el MS5 ha convertido cualquier previsión electoral en el país meditarráneo en un enigma.

En Calabria, una región muy distinta de la industrializada Emilia Romañ y acuciada por la mafia, la corrupción y el paro, la candidata de la derecha es Jole Santelli, de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, y aspiraba a arrebatar el poder a la izquierda.

Salvini esperaba lograr sendas victorias para desestabilizar el gobierno de coalición formado por eel M5S y el PD. Y no estava solo. La líder del partido derechista Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, anunció que «si ganamos, el lunes pediremos elecciones anticipadas».

La única esperanza era la movilización electoral de 'Las sardinas', una iniciativa de corte antifascista que ha removido a la población al grito del emblemático himno 'Bella ciao'.

Dos cadáveres políticos afilaban sus cuchillos en Italia

Mientras media Italia, y medio mundo, miraba de reojo los resultados de la ultraderecha en los comicios en el bastión histórico de la izquerda en Emilia Romagna, y en menor medida en Calabria, dos políticos dados por muertos afilan sus cuchillos mientras esperaban un veredicto que podría, en caso de derrota de la coalición de gobierno, darles la satisfacción de cobrarse cumplida venganza ante sus rivales internos.

El exprimer ministro Mateo Renzi, flamante líder de los socialdemócratas del PD hasta que, al más puro estilo del británico David Cameron con el Brexit, convocó un referéndum para reformar la constitución que, tras el triunfo del no, supuso el fin de su carrera política, mira con lupa los resultados de su formación en una región que ha sido históricamente bastión de la izquierda, desde el PCI pasando por el PD hasta el PD.

Consciente de que la actual mayoría parlamentaria entre esta última fuerza política y el MS5 depende del puñado de diputados que se sumaron a su nuevo partido, Italia Viva, Renzi podría vender caro su apoyo en caso de que la ultraderecha, y sus socios de la derecha extrema, se hagan con el poder en la región bañada por el Adriático.

Pero no es el único. El exvicepresidente y hasta la pasada semana ministro de Exteriores, Luigi di Maio, ha abandonado no solo el cargo sino su responsabilidad al frente de un movimiento, el MS5, que vive un proceso de descomposición, trufado de deserciones y de resultados electotales pírricos, que podría tener su corolario hoy mismo, cuando algunas encuestas vaticinan que no superaría el pírrico 5%.

Di Maio no olvida que fue el gran ausente en la negociación a varias bandas que, en agosto del año pasado, concluyó con un acuerdo, en Roma, Bruselas (UE) y Biarritz (G7) que rompió con el pacto de gobierno entre el MS5 y la Lega del xenófobo Matteo Salvini. Desde entonces, Di Maio ha aguantado como pollo sin cabeza pero amenaza ahora con una refundación del movimiento grillini en previsión de desastre y de un abrupto final de la corta legislatura y nuevas elecciones.

Italia vuelve a demostrar su capacidad para resucitar a cadáveres políticos, hasta humanos, Mussolini revive en Salvini y en los neofascistas Fratelli D'Italia. Renzi y Di Maio atienden ansiosos al momento para salir de sus respectivas tumbas.