GARA
BOLONIA

Salvini pierde su apuesta pero, con el M5S en crisis, el Gobierno sigue débil

La derrota de la extrema derecha en Emilia-Romagna evita una crisis del Gobierno italiano, que sigue en riesgo por la debacle electoral del Movimiento 5 Estrellas (M5S), la mayor fuerza parlamentaria.

El líder ultraderechista Matteo Salvini no acudió al Quirinale a llevar el anunciado «aviso de expulsión» al Gobierno de Giuseppe Conte. Su derrota electoral en Emilia-Romagna (43,6% de su candidata, Lucia Borgonzoni, frente al 51,4% del candidato del Partido Democrático, Stefano Bonaccini) salvó, de momento, al Ejecutivo.

Salvini se había jugado todo a ganar el feudo tradicional de la izquierda para hacer tambalear al Ejecutivo y exigir el adelanto de las elecciones generales.

El rechazo a la ultraderecha, liderado por el movimiento de las «sardinas» –surgido precisamente en Bolonia– elevó la participación al 67,7%, frente al 37% de precedentes convocatorias, lo que benefició sobre todo al Partido Democrático (PD) y pudo contener a la ultraderecha.

«Las Sardinas han llegado hace pocas semanas y han sido un hecho netamente positivo porque han demostrado que no solo Salvini llena las plazas», señaló Bonaccini.

Para la politóloga Emiliana de Blasio, de la universidad Luiss de Roma, Italia se ha convertido en un laboratorio político para Europa y el PD debería aprender que «gestionar bien como lo ha hecho Bonaccini no basta, hay que saber comunicar, y que no se gobierna sin las calles».

Conte aseguró que la derrota de la derecha en Emilia-Romagna pone de manifiesto que Salvini ha sido «el gran derrotado» porque planteó esos comicios regionales como si fuera un plebiscito.

No obstante, el líder de la Lega sabe que el Gobierno sigue débil y advirtió de que «solo está en el tiempo de descuento», y prefirió subrayar su victoria en Calabria, en coalición con Forza Italia, con el 55,40% de los sufragios, frente al 30,12% de la izquierda.

El Gobierno depende del M5S

El PD, y el Gobierno italiano, salvan de momento el envite de la ultraderecha, pero uno de sus socios ha salido con algo más que magulladuras.

El Movimiento 5 Estrellas (M5S), con apenas un 3,48%, una derrota histórica para el partido que en las legislativas, se había convertido en la primera fuerza política del país, con el 33% de los votos. Muchos de sus votantes optaron por el PD.

La caída confirma la urgencia de cambios para los «grillistas», apelativo en referencia a su fundador, Beppe Grillo.

El movimiento abre ahora un debate sobre su posición política, y lo hace sin el que hasta ahora había liderado la formación, el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, que renunció la semana pasada. En marzo deberán resolver la incógnita en sus «Estados generales», pero su crisis debilita al Ejecutivo.

Temas pendientes clave

«No nos vamos a rendir. Seguiremos unidos», afirmó Vito Crimi, representante para la transición del partido, al prometer la reorganización del movimiento a 10 años de su creación.

Surgidos contra la clase política tradicional, sus pactos sucesivos con la ultraderecha y con el PD han terminado por debilitarlos. La estrategia del M5S condicionará el futuro de la coalición de Gobierno, sobre todo en asuntos pendientes clave, como algunas reformas de la Justicia, la ley electoral o grandes obras públicas. También en la retirada de las concesiones otorgadas a la familia Benetton para administrar las autopistas después del derrumbe en 2018 del puente Morandi de Génova, que causó 43 muertos. Un tema que para los «grillistas» es un asunto de credibilidad.