ALAVÉS 2

EIBAR 1

El Deportivo Alavés se reencontró con la victoria en un momento idóneo. Y se reencontró con el triunfo porque nada más comenzar la segunda mitad el Eibar concedió una ocasión que Lucas Pérez, recién ingresado en el campo, no estaba dispuesto a fallar. Se perdió el duelo de Sevilla por unas pequeñas molestias y ayer no ingresó al verde de Mendizorrotza hasta después del descanso.

El partido necesitaba un buen revolcón para desatar ese conservacionismo de la primera mitad y Garitano apostó por hacer un cambio ofensivo para el segundo acto –Fejsa abandonó el campo por Lucas Pérez–.

Y es que ninguno de los dos equipos fue capaz de generar algo hasta el minuto 44, cuando X. Navarro puso a prueba a Dmitrovic con un potente disparo.

Quince minutos de descanso y 30 segundos después, un saque desde el centro del campo del Eibar se convirtió en un claro ataque del Glorioso. Vidal robó el esférico, Bigas no controló la trayectoria del balón y lo aprovechó Joselu que con su pie izquierdo sirvió el gol en bandeja a su compañero. Seguro que Mendilibar todavía está buscando explicaciones por ese error garrafal que cambió bruscamente la dinámica del partido. El Eibar llegó a tener un 70% de posesión en la primera mitad pero sin generar gran cosa.

El Glorioso, con ese regalito en el minuto 47, se desató durante la segunda mitad. Vidal, Camarasa y Burke disfrutaron de los espacios y Lucas Pérez demostró estar en un momento de lo más dulce. Así como Joselu, que aún sin hacer gol en la noche de ayer, participó en los dos goles. Asistió a Pérez y, en el minuto 66, dejó pasar el balón en el envío raso de Vidal para que Burke marcara a placer su primer gol como albiazul. Los de Mendilibar tuvieron grandes dificultades en las transiciones.

Orellana, el más incisivo del Eibar, recortó distancias con un disparo desde fuera del área pero llegó demasiado tarde para los intereses de los armeros.

Alavés da un golpetazo en la mesa y se sitúa ahora a nueve puntos del descenso. La próxima jornada visita al Mallorca, otro rival directo.