Mikel CHAMIZO
donostia

Homenaje a Luis de Pablo con su obra «Zurezko Olerkia»

El grupo vocal KEA Ahots Taldea, dirigido por Enrique Azurza y con la colaboración de un conjunto de percusionistas y txalapartaris, interpretará «Zurezko Olerkia» de Luis de Pablo en la Fundación BBVA de Bilbo para celebrar el 90 cumpleaños del compositor bilbaino.

El Ciclo de Música Contemporánea de la Fundación BBVA de Bilbo brindará mañana (19.30) un homenaje al compositor Luis de Pablo, que el 28 de enero cumplió 90 años. De Pablo, que sigue activo –el pasado año estrenó en el Teatro Arriaga “La caída de Bilbao”, una gran cantata para orquesta, coro y solistas–, será homenajeado a través de una de sus creaciones más valoradas, “Zurezko Olerkia”, escrita en 1975 y que fue pionera en el uso de la txalaparta en un contexto musical vanguardista. Los intérpretes serán los mismos que grabaron la obra en CD hace 20 años: KEA Ahots Taldea, que dirige Enrique Azurza y que en esta ocasión estará acompañado por cuatro percusionistas y los txalapartaris Ander Sánchez y Bittor Pastor.

 

Inspiración canadiense

El origen de “Zurezko Olerkia”, escrita para txalaparta, coro y percusiones, se remonta a 1972, a los Encuentros de Pamplona, el festival de arte de vanguardia que fue dirigido por Luis de Pablo y José Luis Alexanco con financiación de los Huarte. Allí De Pablo descubrió las posibilidades musicales de la txalaparta de manos de Artze Anaiak. Poco después, De Pablo comenzaría a hacer largas estancias en Canadá para impartir clases de composición, principalmente en Ottawa y en Búfalo (EEUU). En aquel periodo, mientras seguía creando bandas sonoras para directores de cine como Víctor Erice, Carlos Saura o Manuel Gutiérrez Aragón, De Pablo comenzó a escribir una serie de obras muy diferentes de las que venía realizando anteriormente, inspirado por los extensos paisajes del norte del continente americano. «De repente sentí la necesidad de escribir obras largas, obras de carácter poco denso cuyos contrastes estuvieran menos perfilados», recuerda el compositor en su libro “A contratiempo”. «Creo que la naturaleza americana me ha proporcionado una conciencia más real de la pequeñez del papel humano. En música eso se traduce en una especie de presencia que nos sobrepasa. No hablo de misterio ni de Dios. Es más bien la constatación de que la fuerza del planeta es mucho más importante que la del hombre».

De Pablo, que siempre ha mostrado interés por las culturas musicales de todo el mundo, descubrió en Canadá unas arcaicas músicas populares de indios nativos que empleaban instrumentos de madera y de hueso como percusión, y en su cabeza pronto se formó una identificación entre estas prácticas y el sonido de la txalaparta. Nació así “Zurezko Olerkia”, un amplio paisaje sonoro en el que la txalaparta, en gran medida improvisada, se mezcla con otros instrumentos de percusión de madera, creando un colchón de sonidos orgánicos sobre los que el coro vocaliza sin usar ningún texto. Una sola palabra, «askatasuna», es empleada como material de base para organizar todo el desarrollo. El resultado, según el autor, «es una larga meditación –una hora– sin ningún sentido direccional. La música no va de un punto a otro, sino que nos rodea, como nos rodearía un bosque en el que no hubiera caminos, sino solo árboles. No se ha buscado ni hipnosis ni éxtasis, pero quizá se hayan colado de rondón sin pedirme permiso». “Zurezko Olerkia” fue estrenada en Bonn (Alemania) en 1976 y tuvo mucho recorrido en su momento, pasando por ciudades como París, Estoril, Madrid o Saintes.