Mikel INSAUSTI
EL HUEVO DEL DINOSAURIO

Un solitario cadáver en medio de la inmensidad de las estepas de Mongolia

Se le había perdido la pista al cineasta chino de origen mongol Wang Quan’an, después de darse a conocer con su ópera prima ganadora del Oso de Oro “La boda de Tuya” (2006) y convertirse en un habitual de la Berlinale con sus posteriores realizaciones “Weaving Girl” (2009), “Separados, juntos” (2010) y “White Deer Plain” (2011). Pero ha reaparecido en la Seminci de Valladolid con “Öndög” (2019), ganando la Espiga de Oro a la Mejor Película y el premio de Mejor Fotografía para Aymerick Pilarski. En el festival de Ghent también quedaba como Mejor Película, aunque el suyo es un cine contemplativo que no está hecho para todos los públicos, pese a su indiscutible belleza.

La fuerza paisajística de su quinto largometraje radica en la inmensidad de las estepas de Mongolia, captada a través de grandes planos abiertos y panorámicos en los que los objetos o los animales son simples puntos o manchas dentro del cuadro. El elemento humano resulta todavía más escaso si cabe, con cuatro personajes, solamente dos principales, interpretados por actores y actrices no profesionales. Son presencias que parecen fuera de sitio, con un problema de desubicación que les lleva a protagonizar escenas surrealistas y extrañas.

En medio de la estepa aparece el cuerpo desnudo de una mujer y, para custodiar la escena del crimen, la policía deja allí a un joven e inexperto agente que tendrá que pasar la noche en solitario antes de ser recogido a la mañana siguiente. Contará únicamente con la protección de una pastora del lugar, una mujer que sabe manejar el rifle y ahuyentar a los lobos. Aparte de la pareja perdida se pueden observar ovejas, caballos, un gran camello y huevos fósiles de dinosaurio que dan al lugar un aspecto intemporal. El silencio es total, salvo por las voces microfónicas como salidas de la radio de la policía.