Beñat ZALDUA

Cínicos o incompetentes, irresponsables en cualquier caso

El jueves 13 de febrero, la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, aseguró que las mediciones de la calidad del aire y del agua en la zona eran «de absoluta normalidad». A su lado, el viceconsejero de Salud, Iñaki Berraondo, señaló que «no hay ningún motivo» para que los vecinos de Zaldibar, Eibar y Ermua se preocupen por su salud.

El miércoles 12, el portavoz del Gobierno de Lakua, Josu Erkoreka, aseguró que «la calidad del aire y del agua es buena». Lo hizo en la misma entrevista en la que aseguró que «el lehendakari estuvo al tanto desde el primer día». Eso es, en la misma en la que llamó carroñeros a los que reclaman explicaciones por todo lo que envuelve al derrumbe del vertedero de Zaldibar, convertido ya en agujero negro físico, político y humano.

Pero sigamos. El lunes 10, el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, aseguró que no pasaba nada: «Vivo en Eibar y ese mismo aire es el que respiro yo, respiran mis hijos y respiran mis vecinos». Todos tranquilos, por tanto.

Un día antes, el 9, se instaló «un captador de partículas de alto volumen DIGITEL para cuantificar concentración de dioxinas y furanos en el aire ambiente», según se recoge en un informe. En el apartado 3.3 de ese documento se señala que «el viernes día 13 se esperan los primeros resultados». La incompetencia llega hasta el calendario, porque no hay «viernes día 13» que valga. El 13 fue el jueves, y el viernes, 14.

Sea como sea, fue el viernes 14, pasadas las 20.00, cuando informaron finalmente de los resultados de esas muestras tomadas el 9 de febrero. Y los resultados fueron tan alarmantes que han pedido a las casi 50.000 personas que viven en Eibar, Ermua y Zaldibar que cierren sus ventanas y no hagan deporte al aire libre.

La primera pregunta es: ¿no recibieron los datos sobre las dioxinas y los furanos hasta última hora del viernes? No queda claro, pero se puede conceder que haya sido así, y que tan pronto como recibieron los datos convocaron a la prensa para darlos a conocer.

Eso sí, a cambio les toca conceder que han sido unos incompetentes. Se entiende que no quisieran generar alarmismo, pero lo cierto es que, sabiendo que faltaba una importante parte de la información, han estado diciendo a la población que todo estaba perfecto, que no había ningún problema.

Si instalaron un medidor de dioxinas y furanos fue porque sabían que existía el riesgo de que los niveles se hubiesen disparado. Pero en vez de guardar cautela y esperar a los resultados, se han pasado la semana reiterando que todo estaba bien. Pueden decir que los indicadores que entonces tenían respaldaban sus afirmaciones, pero sabían que había datos que no tenían en su mano. O han sido unos cínicos o unos incompetentes, que ellos elijan; de irresponsables, en cualquier caso, no les libra nadie.