Maitane ALDANONDO

RECONOCIMIENTO FACIAL PARA VIGILAR LOS PROCESOS DE APRENDIZAJE ONLINE

La startup donostiarra Smowl Tech ha creado un sistema de «eProcoring» o autenticación de identidad automática mediante modelos biométricos. La iniciativa tiene presencia en una veintena de países y está centrada en su expansión por Latinoamérica.

Aprender online es cada vez más habitual, lo que aumenta la necesidad de garantizar la integridad del proceso para proteger la credibilidad de los estudios certificados. La empresa donostiarra Smowltech lleva casi una década desarrollando una solución que verifica la identidad mediante reconocimiento facial y permite monitorizar la actividad del alumno, disuadiéndole de hacer trampas.

La idea fue de Ricardo Vea, profesor universitario con experiencia empresarial y emprendedora en varios sectores. En 1994 era director de recursos humanos en una empresa de distribución y tenían problemas para formar a sus trabajadores. «Ahí es donde empecé a ver que la tecnología iba a ayudar enormemente al mundo de la formación». Años después, en torno a 2010, trabajaba en el campo de la ciberseguridad y pensó que se podrían aplicar herramientas que permitieran la identificación y monitorización para «saber quién está al otro lado del ordenador y que fuera validado en el ámbito académico o de las certificaciones».

Empezó a desarrollar el proceso, a hacer pruebas preliminares y a crear el sistema. En 2012 puso en marcha la iniciativa junto a Vicomtech-IK4, el centro tecnológico que desarrolló los elementos de biometría –algoritmos de reconocimiento facial– que emplean, y con la participación de otros socios, a los que después sumó el apoyo de la SPRI. Así mismo, han colaborado con distintas entidades educativas para testar sus necesidades y adaptarse a ellas.

En estos años han tenido el respaldo de varias instituciones, como la aceleradora de startups de tecnología educativa de Amazon, AWS EdStart, así como financiación que les ha mantenido durante el desarrollo. En 2018 recibieron una subvención de 500.000 euros del programa europeo Horizonte 2020 que, en palabras de Vea, ha sido decisiva para su expansión internacional. Están presentes en 17 países en cinco continentes y cuentan con una treintena de clientes tanto en Europa como en Latinoamérica.

Evidencias de control

Smowl se integra en la plataforma del cliente y define el entorno en el que el alumnado debe desarrollar la actividad monitorizada. De acuerdo a esos protocolos, realiza fotografías aleatorias del usuario, así como capturas del escritorio y del espacio, para crear evidencias de lo que hace a lo largo de la prueba. No utilizan la identidad de la persona, solo su imagen, para analizar y cotejar las pruebas. Para ello, al registrarse sacan una foto con la que crean el algoritmo específico de la cara de esa persona. Las herramientas pueden utilizarse en cualquier momento. Durante el proceso, el usuario ve su actividad en un recuadro y, una vez finalizado, Smowl revisa las imágenes y remite al profesorado un semáforo que indica si ha habido alguna irregularidad en base a las alarmas fijadas, así como las evidencias de lo sucedido.

Es un sistema «muy escalable» que, como comenta Vea, es «liviano, sencillo y puede utilizarse en cualquier sitio». Sus clientes son centros educativos y entidades de formación profesional, así como empresas que tienen que formar a sus empleados por requerimientos normativos y deben demostrar que la persona que ha hecho la formación es esa y no otra. Ofrecen su servicio de forma puntual para exámenes o para todas las actividades evaluables del proceso educativo, y monetizan en base a esa elección.

La sociedad limitada emplea a una docena de personas y está enfocada en expandirse en América Latina, sobre todo Argentina, Colombia, Chile y México, ya que el mercado está madurando más rápidamente que en Europa; así como en Inglaterra, donde perciben una preocupación en torno a la tecnología educativa y su uso en la evaluación. Vea tenía claro que quería centrarse en el e-learning, aunque la tecnología puede emplearse también en la banca o el juego online, sectores a los que no descarta dirigirse en un futuro. De momento, se centran en agencias de cualificación y trabajan con la UNED para ayudar a personas con problemas de movilidad, para realizar las actividades desde casa.

Mientras el mercado madura, Smowl sigue dándose a conocer. El jueves ganaron el evento Venture on the road celebrado en Bilbo y hace unas semanas fueron seleccionados para participar en 4 Years From Now, en el contexto del Mobile World Congress, que finalmente ha sido suspendido. Este tipo de actividades son «un escaparate»; de hecho, su responsable considera que ha habido un cambio desde que fueron finalistas en South Summit y recibieron el premio de educación superior del Instituto de Empresa.