Maddi TXINTXURRETA AGIRREGABIRIA
MEMORIA CRÍTICA INCLUSIVA

RECETAS DISPARES PERO COMPARTIDAS PARA LA TRANSICIÓN HACIA PROCESOS DE PAZ

LA UPV/EHU DE DONOSTIA ACOGIÓ A EXPERTOS INTERNACIONALES QUE CONOCEN DE PRIMERA MANO Y HAN AYUDADO A RESOLVER LOS CONFLICTOS ARMADOS DE SUS RESPECTIVOS PAÍSES. LA INICIATIVA FUE DEL FORO SOCIAL PERMANENTE, UPV Y PAZ CON DIGNIDAD; EL OBJETIVO, CONSTRUIR MEMORIA.

«El Estado ha sido el principal responsable»

Gloria GUZMÁN

Feminista y activista

Gloria Guzmán sigue reclamando justicia porque defiende que el Estado salvadoreño hizo desaparecer a sus familiares durante el conflicto armado en el país (1980-1982). Integrante de la Asociación de Mujeres por la Dignidad y la Vida e investigadora del Instituto Hegoa, la salvadoreña residente en Bilbo habló del conflicto del país centroamericano, que se remonta a una crisis política anterior a la creación de la guerrilla insurgente FMLN.

La Comisión de la Verdad aclaró que, de las 75.000 personas muertas y 9.000 desaparecidas, el 95% de los casos fueron cometidos por aparatos del Estado. «El Estado tiene el deber de garantizar los derechos humanos. No solo no lo ha hecho, sino que ha sido el principal responsable» de las vulneraciones, sentenció Guzmán en el auditorio del centro Carlos Santamaría del campus de Donostia.

Los intentos por parte de organizaciones y familiares de víctimas para acabar con la impunidad del Gobierno se ahogaron varias veces con aministías «incondicionales» que activistas como Gloria Guzmán se negaban a aceptar. En 1993, se da a conocer el informe de la Comisión de la Verdad, y apenas cinco días después, se decreta la amnistía que libera a los altos mandos militares, encarcelados por delitos de lesa humanidad, hasta que, en 2016, dicha amnistía se declara inconstitucional.

Pero Guzmán denuncia que la Corte Suprema de Justicia «quiere aprobar una amnistía encubierta» antes del 28 de febrero. Una regresión más en la historia salvadoreña, un obstáculo más que Guzmán se compromete a abordar.

«La represión se cebó contra los pueblos indígenas»

Gustavo MEOÑO

Impulsor del proceso de paz

El punto de partida de la decadencia guatemalteca fue el año 1954. Fue entonces cuando la intervención de EEUU «interrumpió de manera violenta» una «pequeña primavera democrática», según explicó Gustavo Meoño, figura clave en la transición a la paz de su país. Y ese fue el motivo de que surgiera la rebelión, a su juicio, en 1969.

«A este largo proceso se le puso fin a través de un proceso de negociaciones de paz entre las organizaciones insurgentes, el Gobierno y el Ejército», aclaró el exguerrillero y exdirector de la Fundación Rigoberta Menchú Tum. Este proceso duró diez años (1986-96) y terminó con la firma de varios acuerdo de paz, los cuales, asevera Meoño, «22 años después no se han cumplido», debido en parte a la «permanente influencia» de EEUU.

Sin embargo, la Comisión para el Esclarecimiento Histórico aportó gran parte de la verdad que reclamaban las 200.000 víctimas. El 83% de ellas eran mayas. «La represión se cebó contra los pueblos indígenas», apostilló Meoño.

Según concluye el informe “Memoria del Silencio” elaborado por la Comisión, en Guatemala se dieron las causales para tipificar el delito de genocidio. Y las víctimas pudieron, en muchos casos, identificar a sus familiares fallecidos o exhumarlos, gracias a lo que Gustavo Meoño llamó «la trilogía»: la movilización social, el aporte científico de la antropolo&bs;gía y la arqueología y la aparición casual del Archivo Histórico de la Policía Nacional, el cual Meoño se encargó de analizar. La información obtenida mediante el archivo permitió que 14 altos jefes militares y policiales fueran llevados a juicio.

«No lo hemos conseguido»

Ndeye Marie SAGNA

Coordinadora de Kabon Ketoor

Tras pedir una pausa silenciosa en honor de todas las personas que están sufriendo algún conflicto armado, Ndeye Marie Sagna ubicó Casamance, la región senegalesa que lucha por su independencia. Está «atrapada entre dos Estados», dijo Sagna, entre Senegal y Gambia.

La de Casamance es una historia protagonizada por mujeres. Al principio del conflicto, en el 82, las mujeres de la región participaron en las guerrillas que combatían contra el Ejército senegalés. Pero había un problema. Muchos de los integrantes del Ejército eran jóvenes de Casamance. Por eso, «en una misma familia» podían coincidir un combatiente de la guerrilla y otro de las fuerzas armadas.

En el año 2000, las mujeres decidieron poner fin al conflicto, «porque eran sus hijos los que morían» y crearon la asociación Kabon Ketoor con ese mismo objetivo.

La asociación comenzó a trabajar reuniones nocturnas exclusivas de mujeres para primeramente romper el tabú que imponía el Gobierno senegalés, pues prohibió hablar sobre el conflicto. Después, convocaron protestas sociales, limpiaron los pueblos de minas antipersona, crearon radios comunitarias. «Pero las mujeres no hemos conseguido lo que queríamos, que era participar en el proceso de paz. El Estado ha decidido no abordar el tema como una cuestión política», lamenta Sagna.