Natxo MATXIN
OSASUNA

La endeble defensa derrumba la fortaleza de El Sadar

En el último trimestre, el conjunto rojillo solo ha ganado un partido en propio feudo –Levante– y ha sufrido cuatro derrotas –Athletic, Real, Real Madrid y Granada–. El porcentaje de goles encajados también se ha incrementado de manera ostensible en este periodo.

Osasuna ha perdido consistencia en El Sadar y eso se ha dejado notar en los resultados, más que en la clasificación, que continúa siendo bastante cómoda para los de Jagoba Arrasate a falta de un tercio para que concluya el campeonato liguero. Sin embargo, el poco gen competitivo del equipo en propio feudo de las últimas jornadas preocupa que coincida precisamente con la llegada del tramo decisivo del torneo de la regularidad.

La fortaleza en la que se convirtió el estadio iruindarra la campaña pasada fue una de las señas de identidad de la idea futbolística del técnico de Berriatua. Todo el mundo era consciente de que esa solidez no podía mantenerse en Primera por el lógico incremento del nivel de los rivales, pero durante el primer tercio, el campo rojillo aguantó los embates enemigos, entre otras cosas por el espíritu combativo de los anfitriones.

Hasta que el Athletic visitó Iruñea el 24 de noviembre pasado y derrumbó la muralla, lo que, a la postre, ha traído consigo un antes y un después en el bagaje casero de la escuadra navarra. Desde entonces, en este último trimestre, Osasuna solo ha conseguido un triunfo como local –Levante– y ha sufrido otras tres derrotas, frente a Real, Real Madrid y Granada.

Desplome defensivo

Mucho se ha hablado de lo que ha repercutido la grave lesión de Chimy Ávila en el rendimiento del conjunto rojillo. Sin embargo, las cifras lo que sí dejan patente es que el bloque ha sufrido un desplome defensivo. Así, de los 13 goles que sufrió durante las otras tantas primeras jornadas, se ha pasado a las 22 dianas en los últimos doce encuentros ligueros, lo que supone un incremento notable del porcentaje de tantos encajados.

No es de extrañar, pues, que Arrasate decidiese pertrechar su zaga para el derbi disputado en San Mamés y de que pueda decidir una solución similar para el compromiso en el Sánchez Pizjuán. Se enfrenta, para ello, con el problema de que Roncaglia, quien formó en el eje en el estadio bilbotarra, deberá ejercer en el lateral derecho ante la ausencia por sanción de Nacho Vidal, aunque la solución sería incorporar al once a Unai García, que lo hizo bien fente al Athletic. Será a partir de mañana –la plantilla guarda hoy descanso– cuando se podrían intuir los planes del de Berriatua para el campo hispalense.

 

«Los datos dicen que corrimos igual que otros partidos, pero no salió nada»

A Darko Brasanac, un futbolista que va ganando peso en el esquema de Arrasate conforme avanzan las jornadas, le tocó el mal trago de dar la cara en la sala de prensa de Tajonar tras una dura derrota. «Después de un 0-3 en casa, no puedes decir que estuvieses mejor que el rival en ningún aspecto del juego, pero tenemos datos que dicen que corrimos como en el resto de partidos, aunque no salió nada», explicó el centrocampista serbio.

El balcánico reconoció que «sabemos que hicimos un partido malo y perdimos fácil delante de nuestra gente. Queríamos sumar tres puntos porque teníamos mucha confianza tras la victoria ante el Athletic, pero ahora solo nos queda aprender de este partido». «Esta Liga es muy complicada y sumar puntos ante cualquiera es muy difícil, y más ahora que quedan pocos puntos en juego. Lo bueno del fútbol es que tienes rápido otro partido para cambiar sensaciones», matizó el futbolista.

Darko apuntó que el vestuario está «dolido», si bien puntualizó que «tenemos experiencia para que no nos afecte esta derrota». «En el fútbol no hay pasado, ahora tenemos un partido muy complicado y queremos estar juntos como siempre. Somos un equipo cuando ganamos y cuando perdemos, por lo que se trata de volver a trabajar desde el miércoles con la misma intensidad para preparar bien el encuentro de Sevilla», concluyó el jugador rojillo. N.M.