GARA
PERPINYÀ
ACTO DEL CONSELL PER LA REPÚBLICA EN PERPINYÀ

Puigdemont llama a prepararse para la «lucha definitiva»

En su regreso a Catalunya, el president catalán Carles Puigdemont emplazó a los catalanes a prepararse para la «lucha definitiva» y apeló a la «movilización permanente».

«Preparémonos, tenemos trabajo y lo queremos hacer. Ahora tenemos que preparar la lucha definitiva», reclamó el president catalán Carles Puigdemont en su regreso a tierras catalanas tras 852 días de exilio, ante decenas de miles de personas que acudieron ayer a Perpinyà, en Catalunya Nord.

El Consell per la República, que había convocado el acto, calculó que unas 200.000 personas llenaron el Parque de las Exposiciones de Perpinyà, para recibir al president y sus consellers en el exilio, y donde también se escucharon los mensajes de los presos políticos independentistas.

Puigdemont insistió en la necesidad de prepararse para enfrentar la represión y «para la lucha definitiva, superando errores y venciendo dudas y debilidades» porque «tenemos mucho trabajo y no lo podemos aplazar».

«No sabíamos cuándo llegaría esto, pero sabíamos que si nos manteníamos en nuestras posiciones, llegaría el día en que podríamos poner el pie en tierras catalanas», afirmó ante la multitud que respondió con gritos de «president».

El president recordó que ya tienen la experiencia de haber organizado y ganado el referéndum del 1-O y apeló a la «movilización permanente» para combatir la represión del Estado. «La república catalana es la única garantía para poner fin a un régimen heredero del franquismo como es la monarquía española», añadió.

«La República la tenemos que construir entre todos, no sobra nadie y no hacemos que sobre nadie. Todos los caminos que lleven a la república, sean los nuestros o los ajenos, son caminos que nos convienen, y aquí cabemos todos, sin excepción. Os necesitamos a todos», proclamó.

«Ya no nos detendremos, ya no nos detendrán», reiteró, exhortando a los catalanes a «no esperar a tiempos mejores porque los tiempos mejores ya están aquí».

Al inicio de su discurso, expresó su apoyo, entre otros, «al pueblo de Euskadi, y a toda esa gente que son víctimas de los abusos de los poderes que no tiene límites en su afán de reducir derechos, y que hoy no pueden alzar la voz porque están en la cárcel, como los jóvenes de Alsasua».

El Parque de las Exposiciones se quedó pequeño y muchos asistentes tuvieron que seguir el acto desde fuera tras cerrarse los accesos. Además, comenzó poco antes de las 13.00, casi una hora después de lo previsto porque a mediodía todavía eran muchos los autobuses que no habían llegado.

Llegados en coches particulares, tren o en cientos de autobuses, miles de independentistas catalanes con senyeras y retratos de Puigdemont recibieron al president en su regreso tras el reconocimiento de la inmunidad como eurodiputado. Un control policial en el peaje de La Junquera obstaculizó la llegada de los independentistas catalanes y provocó retenciones de hasta tres kilómetros. Algunas personas bajaron de los autobuses bloqueados para hacer los últimos kilómetros a pie.

Tanto Puigdemont como el president de la Generalitat, Quim Torra, fueron recibidos unas horas antes por el alcalde de Perpinyà, Jean-Marc Pujol, que defendió la libertad de expresión.

Además de las intervenciones de los líderes catalanes en el exilio, se escucharon mensajes de los encarcelados en prisiones españolas, como Joaquim Forn, Jordi Cuixart, Jordi Turull o Jordi Sánchez, que apelaron a la unidad. «Derrotemos la desunión para que la desunión no acabe derrotando al independentismo», remarcó Sànchez.

Por su parte, el exconseller y actual eurodiputado Toni Comín advirtió de que para conseguir la independencia de Catalunya serán necesarias «más acciones y sacrificios, siempre desde la lucha democrática y pacífica. Si de verdad queremos ser libres tenemos que asumir el precio de nuestra libertad».

La mesa de diálogo, valorada por Junqueras, criticada por Ponsatí

La exconsellera y eurodiputada Clara Ponsatí puso el tono más crítico y lapidario al acto, sobre todo al referirse al diálogo abierto con el Gobierno español. «Mientras haya independentistas, habrá represión, exilio y cárcel. Ha pasado siempre. Por eso es una engañifa contraponer diálogo a independencia. No nos dejemos embaucar por fotos de mesas y diálogos de engañifa que solo buscan hacer ganar tiempo a Pedro Sánchez», afirmó. Ponsatí apostó por alcanzar la independencia a través de la determinación y de la movilización. «Debemos prepararnos para el próximo embate: la ruptura», proclamó entre gritos de «lo volveremos a hacer» de los asistentes. «No nos harán libres promesas vacías de diálogo», insistió.

En cambio, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, a través de un vídeo valoró el hecho de haber hecho sentarse al Gobierno español a hablar. «Cuando somos muchos, cuando actuamos coordinados, sin reproches y sin confundir al adversario, tenemos la fuerza para obligar al Estado a hacer cosas que por sí solas nunca hubiera hecho». Junqueras subrayó el logro de que el Gobierno reconozca la naturaleza política del conflicto catalán y que se siente en una mesa de negociación entre gobiernos, momento en el que se escucharon algunos silbidos. GARA