Igor FERNANDEZ
Sicólogo
SICOLOGÍA PARA UNA CRISIS

Cuidar el vínculo y aprovechar

Unas cuantas veces al día estrangularía a mis hijos. Son dos y tienen 5 años. Ya sabes, en sentido figurado, pero ya me entiendes. ¿Cómo puedo controlar mi ira en esta situación?

(Esti, Irun).

La convivencia estos días pone a prueba las rutinas. Aunque sean tus hijos, supongo que hasta hace unos días habrás o habréis tenido que conciliar su crianza con el trabajo y otras ocupaciones que ahora se han pausado. Entonces suceden varias cosas. Por un lado, los adultos estamos intentando pensar en muchos escenarios a la vez, en lo que está sucediendo, en la enfermedad, la economía, quizá en otros familiares afectados… Todos estos escenarios conllevan tensión por el ajuste no elegido, lo cual nos pone en alerta sin darnos cuenta. Cuando nuestra tensión del «¿y luego…?» se encuentra con su «¡ahora!», su nerviosismo, aburrimiento y la hiperactividad resultante, es como tratar de hacer dos cosas opuestas a la vez: preocuparnos y jugar. Sin darnos cuenta, tratamos de contener la fuente de desajuste que tenemos a mano: su espontaneidad, su desmesura.

Ellos, afortunadamente (y debe ser así) están ajenos a las consecuencias e implicaciones de este momento, y obvian el esfuerzo que tenemos que hacer. Hay que pedirles colaboración en nuevas normas (en las que también nosotros nos estamos probando de primeras) y a veces será exasperante, pero debemos procurar hacerlo sin trasladarles la tensión.

Al mismo tiempo, yo me preguntaría si también puedo aprovechar su desimplicación con la crisis para participar con ellos, para jugar a no estar pensando en lo mismo todo el tiempo y seguir su ritmo un rato. Si algo tienen los niños es que nos llevan a otro escenario, queramos o no, lo cual estos días tiene su valor. No vale sacar la tensión y frustración de estos días con ellos; de hecho, si nos desequilibran, busquemos en el momento a otro adulto con quien hablar de cómo esto nos sobrepasa a veces, del cansancio o del enfado pero, sobre todo y por encima de todo, cuidemos y disfrutemos de los vínculos.