Joseba ITURRIA

MOVISTAR CONFIRMA SUS PROBLEMAS INTERNOS

El documental «El Día menos pensado», impulsado por Telefónica, muestra desde dentro cómo vivió el equipo navarro la pasada temporada. La productora Telefónica Broadcast Services, con cámaras en los coches de los directores y en las charlas previas a cada etapa en el autobús, muestra las claves del triunfo en el Giro y los problemas internos en Tour y Vuelta. El documental se centra en las grandes porque, aunque quería incluir la quinta victoria en la Lieja de Valverde, se cayó por «hacer un Van der Poel» y se retiró.

En el Giro queda claro que para Unzue Landa y Carapaz partían como jefes de filas y que la clave estuvo en la confianza en sus posibilidades del ecuatoriano, en la piña formada con José Joaquín Rojas como pastor de «un rebaño en el que todos escuchaban» y en el comportamiento del alavés. Landa dio vía libre a Carapaz para atacar en la etapa decisiva que le dio el liderato, en la que le animaba desde atrás «dale Richi, que están parados y vas a coger el rosa». Ese mismo día trasmitía que «quería hacer un buen Giro y tenía la ambición de estar en el podio, pero no hacía falta que nadie me dijera que tenemos el maillot rosa en el equipo y que lo principal es defenderlo».

En la cena festiva tras ganar la prueba Landa afirmaba que Carapaz le daba «envidia sana. Hace tiempo que me di cuenta de que quizás no pueda coleccionar muchos trofeos, pero sí muchas experiencias y buenos recuerdos y este Giro ha sido uno de los más emotivos y más intensos de mi carrera». El alavés perdió sus opciones en el inicio de Giro. Trasmitía que «en mi cabeza solo había pensamientos negativos» tras una crono en la que estuvo a punto de caerse porque Txente García, que le dirigía, no le avisó de una curva. El jefe de mecánicos, Tomás Amezaga, avisó a los dos y tuvo que levantar la moral de un director que lamentaba «que he cometido el error más grande de mi carrera». «Olvídalo y aníma a Mikel, no va tan mal», pedía el vizcaino que sigue en el coche del primer director las tres grandes.

Amezaga fue protagonista de la etapa decisiva. Carapaz desvela que «no me dormía y repentinamente me vino un sueño para que me cambiara un plato, que pusiera un 36. Eso me dio ventaja porque no acumulas tanta fatiga». El mecánico iba a acostarse y «me llamó para hacer algo diferente a lo que me había dicho. Me lo dijo tan confiado que vi que para él era importante y se lo dijee. Luego dijo que fue clave para asaltar la maglia».

Con un gran trabajo de Pedrero y Landa, Carapaz logró descolgar a Roglic en el Mortirolo y quiso premiar al alavés con una victoria y el podio en la penúltima etapa «por lo que ha hecho para el equipo dirigiendo a los más jóvenes con su experiencia».

Distancias con Nairo Quintana en el Tour

Si el Giro fue para el Movistar de color de rosa, los problemas internos fueron constantes en el Tour al coincidir los tres líderes. Las primeras tensiones llegan tras la mala crono por equipos en la que Amador desvela el lastre que supuso Verona y los corredores critican a los directores por no haberla preparado antes. Unzue se defendía: «Con Verona al 80%, ¿qué íbamos a hacer con relevos de Valverde y, sobre todo, de Nairo y Landa, que más de 200 metros tirando no te hacen?».

El alavés deja claro que después de ser empujado por Barguil «pensé en dejarlo todo y desconectar de la general. Gracias a que Arrieta paró a Marc Soler y Erviti, y le di la vuelta a la situación». A partir de ahí fue a más y se vieron los problemas con Quintana, especialmente en los Pirineos, en los que el colombiano se descolgó en el Tourmalet sin avisar a su equipo para que dejara de tirar y al día siguiente no ayudó nada a Landa en Prat d’Albis. Cogió un bidón cuando llegaba a su altura y Arrieta le pedía que tirara.

Landa es el más inteligente al saberse grabado y así le pide a Soler que «hablamos luego» cuando en la cima del Tourmalet con la cámara delante le dice que «Andrei va a tirones, a mí que no me echen la bronca». Sí le pregunta a Valverde «si no me has &bs;oído que te ha pedido un gel, que me he quedado vacío a falta de cinco kilómetros». Sobre la nula ayuda de Quintana en Prat d’Albis es diplomático al señalar que «no le dije nada. Llegue allí, vi que no podía y seguí hacia adelante. Sabía que tampoco podía esperar nada de alguien que tiene el mismo objetivo que yo».

Unzue sostiene que «había sus piques, pero es consecuencia de que no había un liderazgo claro, no hay tanta diferencia entre ellos. Pero no tienen que ser el líder del equipo, sino de la carrera». Quintana dice que «el año pasado se vio que no se podía tener tres líderes en un equipo, no estábamos totalmente alineados». Y Valverde criticaba a los dos: «Quieren un equipo para ellos al 100%, pero si no estuvieron más adelante es porque no pudieron».

El documental revela que Unzue decide grabar el vídeo de los tres líderes en Nimes para aparentar que no había problemas en el autobús. Landa y Erviti reconocen que fue un error y se evidenció lo contrario. Sobre todo queda claro el distanciamiento de Quintana. El colombiano trasmite que «cuando son muchos dedos señalando a uno, no tienes cómo defenderte». «Se mascaba la tensión», apunta Txente García y Pablo Lastras añade que «parecía que había una guerra civil dentro del equipo».

Una frialdad que queda en evidencia en la cena posterior a la victoria de Nairo Quintana en Valloire, en la que tuvieron que pedirle que fuera a agradecer el trabajo de sus compañeros. «Sí que era más frío, seguro que hay grupos con los que estás más cómodo que con otros», reconocía Landa.

En los Alpes lo que más llama la atención es la disparidad de criterios antes de las etapas en el autobús entre Landa y Valverde, que muestran ambición, y Eusebio Unzue, más conservador: «Con salvar el día tenemos suficiente», dice tras escuchar al alavés, que molesto se pregunta: «¿Qué quieres hacer un Top 10 y luego decirme que...». «Mikel, que no eres una garantía», le completa la frase un auxiliar. Antes de la penúltima etapa de Val Thorens es Valverde el que pide controlar la escapada y endurecer la subida desde abajo: «Son 59 kilómetros de mierda. ¿Vamos a tener miedo? Se te puede hacer duro, puedes reventar, pero da igual hacer el 9º que el 19º». A lo que Unzue responde: «Tienes que tener un guión razonable. No podemos ir y quedarnos con el culo al aire».

Valverde y Landa fueron segundo y tercero de esa etapa a pocos segundos de Nibali y critican la táctica del equipo por no trabajar para anular su escapada pese a tener a Marc Soler y Quintana, que en esa subida se quita el auricular tras escuchar que desde el coche dice su director «olvídate de Nairo». También Landa cuando Arrieta le gritaba en los últimos metros para que fuera a por la victoria: «Tu cabeza dice que hasta aquí, no puedo más, e instintivamente me lo quité. Después de la etapa, Arrieta me dijo que le había dolido mucho y me quedé a cuadros porque ni me acordaba. Es un feo que ahí quedó, pero involuntario». Le pidió perdón.

Duras críticas de Lastras en la Vuelta

El documental revela también los problemas en la Vuelta. El primer director, José Luis Arrieta, explica que el que iba a ser el líder, Richard Carapaz, «se cae en Holanda en un criterium que corrió sin tener conocimiento el equipo y eso no se iba a permitir». Su ayudante Pablo Lastras era más duro aún: «Lo mejor para el grupo era no dejarle salir porque no nos iba a aportar nada».

También es duro Lastras con Marc Soler, que era el otro líder previsto, tras quedarse sin opciones para la general en la segunda etapa en Calpe: «¿De qué te sirve ser el líder si desconectas y no tienes la concentración necesaria?» y, sobre todo, tras rebelarse en Andorra cuando Arrieta lo mandó parar: «Lo hizo todo mal, no hizo grupo, no escuchó en la salida y corrió de manera egoísta». Más evidente es el enfado del navarro desde el coche cuando era cabeza de carrera y le pide esperar a Quintana y Valverde tras la caída de Roglic: «Estamos haciendo el gili… Críos… No puedes hacer aspavientos, espera que es lo que toca hoy». El catalán pidió perdón y encontró la mayor comprensión en el colombiano: «Pasa por lo que pasé yo. Aunque no esté de acuerdo con algunas cosas, tienes que cerrar la boca y hacer lo que te piden».

Tanto Valverde como Quintana critican que al término de esa etapa no tuvieran ropa seca y por eso el colombiano justifica la mala crono que le hizo perder el maillot de líder en Pau. También lanza un dardo al murciano cuando le pidió esperarle en la penúltima etapa para no perder el podio: «Aquí hay compañeros a los que se les cambia la frecuencia de la radio», dijo ante la razón que dio Valverde por no escucharlo.

Lo más llamativo es el mal momento que pasa Arrieta tras las criticas recibidas por seguir con la táctica establecida camino de Toledo y que no detuvo tras la caída de Roglic, sin entender que su propio equipo sacara un comunicado para pedir disculpas. En el autobús, antes de la última etapa, Arrieta sí pidió perdón a sus corredores llorando porque «no quiero que vuestra imagen vaya por los suelos, ni os falten cuando fue algo consensuado pensando que era lo mejor». Unzue, que decidió publicar el comunicado, dijo que «no te sientas así, sabes que personalmente participé en esa decisión y no lo volveremos a hacer». Erviti se erigió en portavoz del grupo para trasmitir que «no tienes que pedir perdón. Estamos orgullosos de nuestros directores, será difícil encontrar gente con vuestra implicación».

El documental termina con una reflexión de Unzue, que ve cerca el final de su labor: «Nadie lleva 40 años seguidos con frentes abiertos que llevan un desgaste grande. Mi experiencia puede ser importante, pero voy camino de los 65 años y algún día, como es el deporte, unos vienen y otros se van...».

rojas: «landa en dos años se ha ganado a todo el mundo y ha dejado una huella»

Mikel Landa es el que mejor parado sale del documental y lo resume José Joaquín Rojas al decir que «en dos años se ha ganado a todo el mundo y ha dejado una huella que nadie ha igualado aquí en diez años». José Luis Arrieta trasmite que «te quedas con la sensación de que no le he visto a Mikel dar lo que podía o lo que creo que se merecía en este equipo». El director italiano en el Giro, Maximilian Sciandri, también destaca que «fue un líder honesto, hizo un gran trabajo para el equipo y merecía estar en el podio»

Pablo Lastras declara que «es un corredorazo, muy buen compañero, muy buena persona, pero no sé por qué ese baile de equipos, de liderar aquí y allí» y Eusebio Unzue que «su deseo hubiera sido ir un poco por libre con la tranquilidad de tener todo el equipo a su disposición».

Landa reconoce que «vine con unos objetivos y la idea de ir al Giro y al Tour como líder único. Quería la oportunidad y no me la han dado. Sabía que estaban Alejandro y Nairo, pero si eres ambicioso el Tour es con lo que sueña un ciclista y nunca han confiado en mí». Por contra decía que «me he encontrado el mejor grupo que he visto en mi carrera, con oficio, comprometido. Da igual la carrera y los corredores. Siempre daban la cara y te ponían en el mejor sitio adelante».

El alavés añade que «lo peor es correr en un equipo español, cada titular en el que te ves involucrado vale para generar noticias y debates, con gente a favor y en contra». Deja en el documental su malestar con algunos periodistas: «Que cojan la bici ellos y a ver si son capaces de hacerlo mejor que yo en esta jungla».J.I.