Novela ambientada en un remoto pueblo de la costa oriental de Groenlandia. En esta pequeña localidad, cada verano cavan diversas tumbas antes de que el duro invierno endurezca la tierra. A partir de este hecho real y de su experiencia durante los siete años que pasó en la isla, Christoffer Petersen –pseudónimo de Christopher Paton– nos acerca a la lejana Groenlandia con este thriller en el que corrupción política y crimen van de la mano.

La novela está protagonizada por David Maratse, un agente con secuelas de un maltrato que le obligan a abandonar su trabajo como policía en la capital de Groenlandia, Nuuk. Durante su retiro en un pequeño pueblo de la costa oriental, y cuando en las gélidas aguas árticas aparece el cadáver de una joven, Marats se ve envuelto en la investigación de un asesinato que podría hacer caer el gobierno de la isla en plena campaña electoral

Aunque la trama es ficticia, para la que parece la primera entrega de una saga que tendrá continuidad en el tiempo Petersen se ha inspirado en las elecciones de 2009 en Groenlandia, cuando uno de los partidos que concurría rechazó dirigirse a la sociedad en danés para hacerlo solo en groenlandés.

«Había muchos ciudadanos que no entendían el idioma, a pesar de trabajar y vivir en Groenlandia, y me di cuenta de que la isla empezó a dividirse poco a poco», ha señalado el autor, quien, con esta novela –fría, oscura y con mucha soledad– pretende dar visibilidad a la realidad que viven los autóctonos de la isla.