M. I. G.

VIVENCIAS DE UN AUTÓNOMO ABANDONADO

Este es el duro testimonio de Sem Rivera que, al igual que otros miles de autónomos y autónomas, al encontrarse sin ingresos, con gastos y fuera de toda ayuda, le toca fundirse los ahorros, endeudarse más sin saber cómo irá su negocio o hundirse en la miseria.

Es justo que nos tengamos que quedar sin los pocos ahorros por una situación que nosotros no hemos buscado? ¿Es lógico que ningún poder público nos ayude por basarse en los ingresos de los últimos seis meses y no en la situación actual?». Son algunas de las preguntas que se hace Sem Rivera, fontanero autónomo. Su petición es bien simple: «Que se nos trate como al resto de trabajadores, que también somos personas y merecemos igualdad de trato».

La profesión de este guipuzcoano no está obligada a cerrar por el estado de alarma, porque según el Gobierno español puede atender a urgencias y trabajar en hospitales. Pero la realidad es que trabaja en reformas y rehabilitaciones de viviendas y todas las reformas que tiene pendientes las han paralizado o anulado los clientes. Por lo tanto, desde el 15 de marzo no está teniendo ingresos. Tampoco dispone de EPIS (equipo de protección individual), ya que están agotados, ni puede cumplir con las medidas de seguridad para no contagiarse, ni contagiar a los clientes y a la familia. Los centros que le suministran material solo venden material para urgencias, no para reformas.

Rivera se ha dirigido a GARA para que demos voz a «un testimonio real de un autónomo desamparado por el Gobierno que dice no dejar a nadie atrás».

La medida de Sánchez, «una trampa»

Según comenta, las ayudas del Gobierno español para los autónomos son 660 euros para los trabajadores que se han visto obligados a cerrar por el real decreto, lo que no es su caso. «En mi caso tengo que demostrar pérdidas del 75% en el último semestre. Esta medida la consideramos miles de autónomos una trampa. Porque el estado de alarma nos ha afectado desde que ha entrado en vigor el 15 de marzo, no seis meses antes. Mi gestoría me informa que quizás hasta mayo no pueda optar a la ayuda, ya que en marzo he facturado el 50% y los seis meses anteriores he facturado con normalidad», explica.

Mientras tanto, «tengo que seguir pagando 283 euros de autónomo, 70 euros de gestoría, 60 de seguros mensuales, 240 de préstamo de la furgoneta para ejercer la actividad, 80 para el almacén. Y todo eso con cero ingresos. Ahora mismo toca el pago de IVA e IRPF y la declaración de la renta (no sé si nos saldrá a pagar o no)».

Cuenta que en casa son dos adultos con dos menores a su cargo y tienen una hipoteca que pagar. «Mi pareja trabaja 15 horas semanales y actualmente está cobrando el 75% de su jornada, por encontrarse de baja». Ahora mismo es el único ingreso que hay en el hogar y admite que no tienen ahorros como para estar así mucho más tiempo. Esta situación les está creando «una ansiedad horrible por miedo a perderlo todo».

Tenían la esperanza de que el Gobierno cambiase las medidas para ayudar a los autónomos, ya que son miles los que están presionando en redes sociales. «Quiero destacar que no todos los autónomos somos iguales; en mi caso no tengo empleados. Mi trabajo me da lo justo para sobrevivir yo. Pero parece ser que somos ciudadanos de tercera que no merecemos ser escuchados».

Calcula que sus ahorros les dan para comer uno o dos meses más como mucho (dependiendo de lo que les salga en la campaña de la renta). Y reflexiona: «¿Es justo que nos tengamos que quedar sin los pocos ahorros por una situación que nosotros no hemos buscado? Y a todo esto le sumamos los gastos de autónomos, porque si me doy de baja pierdo los pocos derechos que se supone que tengo».

Ayudas de Lakua, confusas y aplazadas

El 24 de marzo el Consejo de Gobierno de Lakua dio luz verde a un nuevo programa de ayudas de carácter excepcional para autónomos y empresarios individuales, con el propósito de subvencionar gastos como los de cotización a la Seguridad Social y rentas de alquiler. Sin embargo, según Rivera, estas ayudas, «aparte de no estar claras, han sido aplazadas».

Este fontanero autónomo lamenta que tampoco tiene derecho a cobrar la RGI, ya que también se basan en los ingresos que ha obtenido en los seis últimos meses. Por lo tanto, ningún poder público le ayuda basándose en la situación actual.

En este abandono, a Sem Rivera le gustaría saber si a los trabajadores asalariados también les pagan el ERTE basándose en los ingresos que han tenido los seis últimos meses anteriores al estado de alarma. Y si esos trabajadores tienen que pagar de lo que perciban otros tipos de gastos por mantener su puesto de trabajo.

«Aquí hay una desigualdad clarísima –sostiene dolido–. A ellos les paga el Estado y a los autónomos nos toca fundirnos los ahorros, endeudarnos más sin saber cómo irá nuestro negocio a raíz del Covid-19, o hundirnos en la miseria. Sólo pido que se nos trate como al resto de trabajadores, que también somos personas y merecemos igualdad de trato. Y ya no hablemos de los políticos que no están ejerciendo su profesión, que aparte de cobrar su sueldo íntegro, cobran dietas y desplazamientos que no están realizando», apostilla.