Iñaki ZARATIEGI
LIBROS PARA UNA CUARENTENA

Una existencia canina

Le dijo José Mujica a Évole que cuanto más conoce a la gente más ama a los perros. ¿Es el perro «el mejor amigo del hombre»? Algunas tribus indio americanas dicen que el dios Nagaicho creó el mundo, acompañado de su perro. Los canes andan desde siempre entre la humanidad. Tienen héroes antiguos (Cerbero), del cine (Rin Tin Tin, Pluto, Scoobie Doo, Lassie, Pongo…), literarios (Colmillo Blanco), del cómic (Milú, Snoopy), espaciales (Laika) y hasta víctimas de virus (Excálibur). Xuriko es el perro emblemático de la música euskaldun y los Tijuana cantaron “Mierdas de perro”. Y de repente, los chuchos son hoy un preciado bien; ¿quién no desea tener uno para salir a pasear sin que la autoridad o el vecindario le miren mal?

Libros sobre perros haylos, pero en general muy plastas. ¿La excepción? Esta mini maravilla del galo Claude Duneton (Lagleygeolle, 1935-Lille, 2012), escritor (“Le monument”, “La pouce à l’oreille”), traductor (Shakespeare), filólogo, actor (Tavernier, Kieslowski), cantante... “La chienne de ma vie” es un librito tan pequeño que hizo falta un largo y estupendo prólogo de su traductor Antonio Soler y una edición en gruesos trazos para engordarlo. Ventajas para quien no sea capaz de leerse un libro convencional y para gentes con problemas de visión.

Lo protagoniza Rita, can rural que sustituyó a Mimí, perrita de origen parisiense que hubo de ser sacrificada porque le daban miedo hasta los pollos. Rita no parece tan timorata, pero es casi inútil para labores rurales. Su existencia la cuenta Duneton en primera persona y le sirve para rememorar su infancia rural, dar cuenta de la Francia provincial post Segunda Guerra y describir con desnudo cariño la rudeza de su entorno familiar. La vida explota ante los abiertos ojos del niño en una deslumbrante mezcla de ternura y crueldad, humor y terror. Deja dicho CD que desearía ser enterrado bajo el árbol donde reposa su perra. Mujica ha hecho la misma petición.