Beñat ZALDUA
DONOSTIA
CRISIS DEL CORONAVIRUS

La OMS duda de los test de anticuerpos que prioriza Osakidetza

Murga anunció ayer que realizarán test rápidos a toda la plantilla de Osakidetza, reforzando la estrategia de las pruebas de anticuerpos y aparcando soluciones como las PCR masivas propuestas por científicos de la UPV-EHU. La OMS, sin embargo, recuerda que no hay evidencia suficiente para concluir que esos test detecten la inmunidad.

La consejera de Sanidad, Nekane Murga, anunció ayer, tras más de un mes de confinamiento, que realizarán test rápidos a los 35.000 trabajadores de Osakidetza. Se trata de una noticia largamente esperada que, sin embargo, no acaba de aclarar el panorama sobre las pruebas de Covid-19. Sin ir más lejos, cabe recordar que, si se pusiesen a trabajar los laboratorios disponibles en la CAV con el test desarrollado por científicos vascos, los profesionales de Osakidetza hubiesen podido tener su prueba PCR en poco más de tres días. Sin embargo, ese test sigue esperando su momento sin mayores explicaciones sobre el tema.

En este sentido, la jefa de la unidad de laboratorio y análisis clínicos de la OSI Araba, Arantxa Mendizabal, ofreció el pasado jueves en Radio Vitoria una clarificadora entrevista sobre la política de test seguida por Osakidetza. Sus explicaciones plantean muchas preguntas y algún que otro ruego.

Aseguró, por un lado, que los laboratorios propios no están, ni mucho menos, al límite; es decir, que tienen capacidad para hacer más test de los que están haciendo. Dicho de otro modo, en unas semanas en las que incluso profesionales sanitarios han denunciado que no se les hacían pruebas ni siquiera a ellos, una de las responsables del laboratorio de Araba asegura que ellos no han estado al límite de sus posibilidades. Hay algo que no cuadra.

Por otro lado, habló largo y tendido sobre las diferentes opciones a la hora de hacer test. Breve recordatorio: la inmensa mayoría de pruebas realizadas hasta ahora –también las desarrolladas por los científicos de UPV-EHU– son del tipo PCR. Son las más fiables que existen, y las únicas que detectan la infección en una fase precoz. Eso sí, no detectan una infección pasada, simplemente dicen si el virus está en el organismo. Los test anticuerpos, por otro lado, tienen una fiabilidad mucho menor, y según recordó la propia Mendizabal, requieren a menudo una PCR para confirmar diagnóstico. Sin embargo, pueden detectar una infección pasada. Es decir, detecta los anticuerpos generados y de ahí deduce que una persona ya ha pasado la enfermedad.

Este último punto llevó a Mendizabal a señalar que «la PCR no es la respuesta a todo», añadiendo que «no es un buen índice para hacer un análisis poblacional, porque solamente nos va a dar las personas que están infectadas en ese momento». De ahí pasa a defender que deben ser los test anticuerpos los que se hagan de forma masiva a toda la población.

Pero su principal argumento genera dudas: «Esta población asintomática a la que yo le hago el test ahora puede que pasado mañana tenga una PCR positiva». Es evidente que puede ser así, pero con los test anticuerpos también. Es decir, ningún tipo de test te dice si vas a contagiarte dos días después. A lo sumo puedes saber si alguien ha pasado la infección, deduciendo de esta información que no puede volver a contraerla, aunque existen dudas al respecto. Volveremos a este punto.

Lo que en la entrevista no acabó de explicarse es que los test pueden servir para diferentes propósitos. Cuando Mendizabal habló de análisis poblacional, cabe entender que se refiere a los estudios de seroprevalencia –el Estado español ya tiene uno en marcha–, que consisten en realizar test anticuerpos a una muestra representativa de una sociedad para tratar de determinar la inmunidad colectiva. Aunque estas pruebas sigan generando dudas –lo explicamos más adelante–, son los indicados para hacer este tipo de análisis. Es decir, los test anticuerpos son de una gran utilidad.

Sin embargo, existen pocas dudas de que para detectar casos y controlar brotes, los PCR son los más fiables; identifican al virus en una fase más temprana y aportan mayor garantía para establecer si una persona puede contagiar. Si de aquí a dos meses se detecta otro caso, lo que se requieren no son test anticuerpos, sino PCR masivos para comprobar si los contactos de ese caso se han contagiado.

Corea del Sur es uno de los ejemplos más citados como modelo de respuesta a la pandemia. Su Gobierno publicó el viernes un largo dossier explicando su estrategia. En ninguna de las 90 páginas aparece la palabra «anticuerpos». Sí que están presentes, sin embargo, las siglas PCR. Cuando Seúl detectó una treintena de casos en una secta, a mediados de febrero, ordenó hacer test a los 9.334 miembros del grupo. Eran test PCR y se considera que fueron claves a la hora de frenar la epidemia en una hora temprana.

Un encargo al extranjero

De ahí que sorprenda el desdén con el que habló Mendizabal tanto de la PCR en general, como de la prueba desarrollada por los científicos de la UPV-EHU en particular, de la que señaló que «no es más que otra PCR». En contraste, insistió en que lo que están esperando «son nuevos test» anticuerpos. De hecho, añadió que ya los han pedido y que los esperan «en los próximos 15 días». También dijo que deben llegar desde el extranjero, algo sobre lo que apenas se ha informado, ya que las declaraciones de los responsables de Salud han hablado hasta la fecha del desarrollo de test propios con empresas locales.

Apunte a pie de página: esta incapacidad presente para hacer test de forma masiva pone en duda la propuesta de desconfinamiento explicada la víspera por el lehendakari Iñigo Urkullu, ya que es una de las condiciones que recomiendan tanto la OMS como la UE.

Volviendo a los test anticuerpos, la propia Mendizabal señaló que «muchos de estos test no sirven, porque la capacidad que tienen de dar un positivo realmente positivo es inferior al 40% y al 30%». Pero aseguró que «los compañeros de Donosti» ya han probado los encargados por Osakidetza y les han dicho que «son perfectos».

Las objeciones de la OMS

Esa perfección choca frontalmente, sin embargo, con las cautelas que imperan en la OMS. En declaraciones recogidas ayer mismo por la BBC, la responsable de la unidad de enfermedades emergentes, Maria van Kerkhove, advirtió de que «hay muchos países que están sugiriendo utilizar pruebas serológicas de diagnóstico rápido para obtener lo que creen que será el nivel de inmunidad», pero añade que «en este momento no tenemos evidencia de que el uso de una prueba serológica pueda demostrar que un individuo tiene inmunidad o está protegido contra la reinfección».

«Las pruebas de anticuerpos podrán medir el nivel de seroprevalencia, pero eso no significa que alguien con anticuerpos sea inmune», considera Van Kerkhove. Cabe recordar, al respecto, que Corea del Sur reportó a la OMS la semana pasada 91 casos que, después de ser dados de alta –se suponía que eran inmunes– han vuelto a dar positivo. Están estudiando si se trata de reinfecciones, pero son, en cualquier caso, recordatorios de que todavía es muy poco lo que sabemos sobre el Covid-19.

En la misma noticia, en la que la BBC explicó que Londres ha comprado 3,5 millones test de anticuerpos sin encontrar uno realmente fiable, el director del programa de emergencias sanitarias de la OMS, Michael Ryan, resumió las posibles consecuencias de una estrategia basada en estos test: «Podrías tener a alguien que cree que es seropositivo y que está protegido ante la exposición al coronavirus, pero que en realidad sea sensible a la enfermedad».