Imaginación infantil sin paternalismos

Cuando Maurice Sendak publicó este cuento en 1963 se armó un grandísimo revuelo, porque los padres y madres de entonces lo encontraron demasiado antiautoritario, como si quisiera desafiar a las actitudes más paternalistas y proteccionistas de la educación infantil. El niño protagonista libera su monstruo interior, y es algo que le resulta terapéutico al ayudarle a superar sus miedos y a salirse de la protección hogareña, abriéndose al mundo.
Spike Jonze no contraviene al autor en sus textos e ilustraciones originales, sino que se sirve de lo mucho que supo adelantarse a su tiempo para explotar su modernidad mediante una estética tan indie como la de cualquiera de sus otras películas, y a la que la música de Carter Burwell y las canciones de Karen O le otorgan un alcance incluso para espectadores que ya han dejado atrás la niñez. La imaginativa combinación de acción real, actores y actrices bajo disfraces peludos, animatrónica y efectos CGI crea un nuevo universo que ha influido hasta en la publicidad.

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