Miren ARTETXE
LIBROS PARA UNA CUARENTENA

Metáfora de la desazón

Las personas que hayan leído alguna vez a Philippe Claudel reconocerán en este libro algunos de sus rasgos característicos. Se encontrarán con esa habilidad tan suya para indagar en el lado más oscuro de la condición humana, y con esa narración directa y afilada que, por momentos, nos deja sin aliento. El autor de “Almas grises”, “El informe de Brodereck” o “La nieta del señor Linh” vuelve a golpearnos con esta novela con aire de thriller en la que un hecho aparentemente fortuito sacude la monótona existencia de una pequeña comunidad.

Está ambientada en un archipiélago ficticio del Mediterráneo, entre África e Italia, un lugar que dista mucho de ser paradisiaco, aislado, arduo y, además, dominado por un volcán que lleva milenios vomitando lava y escorias fértiles. Un día aparecen en la playa los cuerpos sin vida de tres jóvenes negros. Solo siete personas, el alcalde, el médico, el cura y el maestro entre ellas, conocerán la existencia de los cadáveres. Decidirán –con la férrea oposición del maestro, un joven recién llegado a la isla, un «forastero»– ocultar los cadáveres. Y a partir de ahí, los hechos se suceden de forma trepidante, con debates, giros y desenlaces que ni imaginamos; con derivas que romperán el sosiego de la comunidad y mostrarán su verdadero carácter.

Una parábola sobre la crisis migratoria que empieza como una marea de aparente tranquilidad y acaba en otras costas, donde nos arrastran los personajes. Un novela envolvente, llena de metáforas, tan negra como los personajes que la habitan. Y con el inconfundible sello Claudel.