Ane RUIZ DE OTXOA
LIBROS PARA UNA CUARENTENA

Viajes, libros, amigos

Manu Leguineche (Arratzu, 1941-Madrid, 2014) resumió en su persona cincuenta años de periodismo y más de medio siglo de existencia sustentada sobre un trípode: viajes, libros y amigos. Su retiro en La Alcarria se convirtió en un oráculo al que peregrinaban tanto periodistas en ciernes como escritores consagrados. A ninguno le faltó un vaso y el punto de vista (era demasiado inteligente como para aconsejar) de uno de los pioneros de la información internacional. Su biógrafo, Víctor López, rastrea su existencia desde su infancia en Belendiz hasta su retiro alcarreño en Brihuega. Una vida dedicada a la escritura de los más de cuarenta libros que firmó y a la dirección de varias agencias de prensa.

Más que las documentadas peripecias de sus plantillas, auténticas escuelas de periodistas, el lector de los libros de Manu echa en falta en esta biografía un mayor abundamiento en la épica de sus viajes. López pasa también de puntillas sobre la acusación vertida sobre un capítulo de su mítico libro “El camino más corto”. La, en ocasiones, porosa frontera entre periodismo y literatura ya fue enfrentada antes por otros (Kapuscinski, Chatwin) sin que la calidad de su obra se viera mermada. Ajeno a la tentación del divismo, Manu desconfiaba de las prebendas de poder. El único líder político que le impresionó fue Nelson Mandela. Magnético y profundamente humano, elevó al mus y al Athletic a categoría sacramental. La frase final del prólogo de Javier Reverte –«fuimos tantos los que quisimos tanto a Manu»–, es ampliamente compartida por los que tuvieron la fortuna de tratarle.