El gospel divino revelado por Aretha

Su presentación en la Berlinale del pasado año acabó con una larga espera de cinco décadas, y por fin salía a la luz el concierto filmado que debió ser estrenado originalmente en 1972. Un fallo en la sincronización del sonido impidió que la realización encargada a un joven y prometedor cineasta llamado Sydney Pollack fuera lanzada en su momento, ya que se preocupó más de la imagen y andaba ocupado por entonces en el rodaje de “Las aventuras de Jeremiah Johnson” (1972). Antes de su muerte en el 2008, Pollack quiso reparar el problema y confió al productor Alan Elliot su resolución mediante las nuevas tecnologías, lo que así hizo gracias a las mezclas de Serge Perron y al montaje de Jeff Buchanan. Solo faltaba el permiso de Aretha Franklin, pero la reina del soul se fue negando en sucesivas ocasiones por diversos motivos nunca aclarados. Tras su desaparición en 2018, fue cuando ya se pudo conseguir el permiso de la familia y mostrarla a un público que en todo ese tiempo había tenido que conformarse con la escucha del doble álbum grabado en directo.
Faltaba el espectáculo visual que acompañaba a las canciones espirituales y, en ese sentido, “Amazing Grace” (2019) no ha decepcionado a nadie, e incluso resulta mucho más hipnótico de lo que cabía esperar. Aretha se muestra en estado de gracia, tocada por los dioses del gospel. En la iglesia en la cual se filmó durante dos noches se produce una catarsis colectiva, con la gente entregada en forma de coros celestiales y bailes satánicos, en una comunión del alma y los cuerpos sudorosos. El reverendo James Cleveland oficia de maestro de ceremonias, con Mick Jaegger de invitado autorizado.

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