Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA
retorno parcial a las clases presenciales en Ipar Euskal Herria

Vuelta al cole con menos alumnos y muchas incógnitas

La primera semana del desconfinamiento traerá a su vez la vuelta a las clases presenciales para parte del alumnado de educación infantil y primaria. Será un retorno controvertido, basado en un estricto protocolo. Las familias que puedan seguir con el teletrabajo tendrán más fácil elegir la opción de que sus hijas e hijos sigan con las clases «on line».

Los centros escolares que imparten educación infantil y primaria abrirán sus puertas hoy, para profesores y trabajadores, y mañana para los alumnos.

Los chavales menores de 11 años serán los pioneros de un programa de regreso paulatino a las rutinas escolares, aunque el presidente francés, Emmanuel Macron, se curaba en salud hace ya unos días al afirmar que el objetivo no es «una vuelta masiva, sino que se lleve a cabo una buena vuelta al colegio».

El Ministerio de Educación ha enviado a los centros escolares un protocolo draconiano cuyos principales capítulos se recogen en la infografía que acompaña a este artículo. El papel lo aguanta casi todo, pero otra cosa será traducir esos sesenta folios largos de normas sanitarias y restricciones de espacios hasta el último centro escolar.

El regreso será escalonado, con un máximo de 15 alumnos por aula, sin compartir materiales ni tampoco el patio. No habrá clase todos los días, ni los habituales servicios de transporte y comedor.

De acuerdo a los últimos datos aportados por el inspector de Academia para los Pirineos Atlánticos, François-Xavier Pestel, se puede dar por seguro que «el 98% de los establecimientos educativos concernidos abrirá sus puertas el 12 de mayo». Sin embargo, esa optimista estadística merece ser, cuanto menos, matizada. Los directores de los centros tienen pocas opciones reales de oponerse a la apertura de los establecimientos y los profesores tendrían difícil sortear su obligación de «prestar un servicio esencial», como indica una profesora que imparte clases en un centro público de Donibane Lohizune.

El sindicato mayoritario FSU ha peleado hasta el final por el no retorno a las clases presenciales hasta setiembre. Desde hoy su prioridad será velar por el respeto a las normas sanitarias, a fin de cuidar de la salud del profesorado y del alumnado, señalan desde la sección departamental de este sindicato.

Aunque el Gobierno podrá jugar con la «fotografía de progresiva normalidad» que proyecta una escuela abierta, este 12 de mayo no habrá un retorno ordinario a las clases, ni en lo cuantitativo ni en lo cualitativo.

Salud, educación y renta

Por lo demás, el regreso a las aulas, presentado por el Ejecutivo galo como un paso en favor de las familias con mayores dificultades, dará, en el fondo, mayor visibilidad a esa desigualdad.

Así, las previsiones de asistencia, mirando esta vez a París, apuntan a una mayor afluencia de alumnos en centros situados en áreas de los extrarradios urbanos que en los de zonas residenciales o de mayor renta.

Esa diferencia ya se hizo palpable desde el inicio del confinamiento y en la desescalada saltará, si cabe, más a la vista.

Algunos hijos e hijas de trabajadores de sectores esenciales regresarán a «su» cole. En centros como el colegio público del barrio Les Arènes en Baiona les han acogido temporalmente durante el confinamiento. De forma un tanto especial, para ellos se ha mantenido el ritmo escolar, a fin de que sus madres y padres pudieran seguir acudiendo a trabajar como enfermeras, chóferes de autobuses, limpiadoras, repartidores o dependientas.

Sus hijos e hijas tendrán prioridad a la hora de acudir mañana a las aulas, ya que los colegios seguirán ese criterio sugerido desde Educación. En la medida de las posibilidades de los centros, a ellos se sumarán otras niñas y niños cuyos progenitores no puedan a partir de hoy seguir con «la regla general de ejercer el teletrabajo» evocada por la ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud.

Opción no tan voluntaria

Aunque en sus intervenciones públicas el ministro de Educación, Michel Blanquer, haya insistido en la vocación socializadora y pedagógica de la escuela, el llamamiento a «relanzar la producción» cursado por su compañero de gabinete, el titular de Economía, Bruno Le Maire, condicionará, y mucho, las opciones de muchas familias. En el conjunto hexagonal, 400.000 empresas y 870.000 trabajadores harán esta semana su particular rentrée.

Desde la Asociación de Directores de Recursos Humanos (ANDRH, siglas en francés) se estima que «solo un 10% de empleados de grandes empresas volverá a sus puestos presenciales a partir del 11 de mayo».

La situación puede ser muy diferente en función de los sectores y también del peso de esas grandes corporaciones privadas en función de los territorios.

Parece claro que los criterios que predominen en la desescalada laboral tendrán el consiguiente impacto en las decisiones que conciernen a la salud y la educación de los pequeños.

Muchos actores de la comunidad educativa valoran como un acto de responsabilidad dejar que los chavales terminen el curso desde casa, pero señalan que esa no es una opción al alcance de todas las familias.

Podrán elegir esa «opción voluntaria» aquellos progenitores para quines sea posible compaginar (como sea) el trabajo (o, por desgracia, la falta de empleo) con el cuidado de los hijos.

Lan asko eta bitarteko gutxi ikastetxeen irekitzean

Aste honetan «sartze berezia» izango dute 11 urtetik beherako haurrek Ipar Euskal Herriko ikastetxe eta haur eskoletan. Gurasoek beren haurrak ikastetxera eramango dituzten hautatu behar dute eta ikastetxeek, ostera, lehentasuna zein ikasleri emango dioten erabaki behar dute, Gobernu frantsesak ezarritako neurrien arabera, ezin izango baitituzte ikasle guztiak hartu.

Zein ikasle hartu erabakitzeko ikastetxeek «lehentasun zerrenda» bat osatu dute. «Haur batzuentzat bereziki garrantzitsua da itzultzea, arrazoi desberdinengatik: urritasunak dituztelako, etxean duten egoeragatik, eta abar», azaldu zuen Christian Malmosek, Hazparneko eskola publikoko irakasleak Euskal Irratietan. Azkaineko ikastolako zuzendaria den Maddi Zubeldiak, berriz, sailkapena egiteko gurasoekin duten «harreman onaren» garrantzia azpimarratu zuen NAIZ irratian. Azkaineko ikastolan, adibidez, 88 ikasletik 32 ikasle eskolaratuko dira bihar eta guztiak talde txikietan antolatuko dira. Horixe da, hain zuzen, 63 orriko protokolo sanitarioak eskatzen duen neurrietako bat.

Irakasle gehienak ikastetxeak irekitzearekin ados dira, baina bitartekorik ez dietela eman salatzen dute. «Kexu gara, ez berriz hasteagatik, bitartekorik gabe hasteko eskatzen digutelako baizik», argitu zuen Edurne Manterolak, Larzabal kolegioko zuzendariak.

Baliabide eskasei pertsonal falta ere gehitu behar zaie, izan ere, une berean kudeatu beharreko bi ikasle multzo izango dituzte: batetik, eskolan direnak eta, bestetik, etxean geratu direnak. Irakasleentzat lan bikoitza izango da, beraz. Horrez gain, langile batzuek ezin dute ikastetxera joan, Covid-19a dela-eta, «arrisku handiko pertsonen taldean» baitaude. Gauzak horrela, egoera berriari aurre egingo diote gaurdanik ikastetxeetan. Mañolo Espellet, Baionako Estitxu Robles kolegioko zuzendariak azaldu zuenez, «moldaketak egin beharko dira baldintzak eta neurriak hobetzeko». Haritz LARRAÑAGA