Raimundo Fitero
DE REOJO

Anormalidad

Sin una explicación lógica, ni siquiera freudiana, se encadenan artículos con titulares que empiezan por una misma letra concreta. Cuando, además, hay prefijos que cambian el sentido del tráfico de las ideas, la cosa empieza a ponerse muy divertida. Porque amigas, lectoras incondicionales, agentes de cambio y bolsa, estudiantes de ciencias ocultas, hoy entramos en esa nueva anormalidad que nos va a llevar a la lujuria de las contradicciones y vamos a poder disfrutar de nuevo de fútbol en directo. Sí, la Bundesliga, nada menos. Porque en el mundo de la científica Angela Merkel, hoy se reanuda el circo futbolero, eso sí, sin público en lo estadios.

Las anormalidades se encadenan, todas las plataformas van a ofrecer los partidos de esta Liga que será la cuarta o quinta en importancia en Europa, con equipos que nos importan muy poco, pero se ha montado una estructura propagandística que probablemente logre que tengan unas audiencias insospechadas. Sin público el fútbol es un juego virtual. ¿Cómo se jugará? ¿Se guardarán distancias prudentes, los contactos físicos se anularán, saludos y escupitajos se prohibirán? Atentos, esto es un laboratorio social y deportivo y es alemán, o sea, fiable. La Liga está atenta.

La anormalidad más normal es que los pijos, los fachas, los creciditos señoritos ricos de Madrid, tomen sus calles más «nacionales» y la policía del ministro con perrita mire para otro lado. Las imágenes que se nos ofrecen son de esa normalidad tan anormal de estos especímenes: un bestia golpeando una señal de tráfico con un palo de golf. Una señora con su asistenta que es la que golpea la cacerola. Y lo más sospechosamente normal, un tipo gritando libertad y cuarenta periodistas y cámaras dando constancia y difusión al acto anormal e ilegal. Me quedo con el fútbol anormal.